El presidente de la potencia asiática inauguró el congreso del Partido Comunista con promesas de grandeza y nacionalismo
Es el comienzo de una nueva era para China . Así lo confirmó hoy el presidente Xi Jinping al inaugurar el congreso del Partido Comunista con la promesa de construir un "país socialista moderno", abierto al mundo.
En su discurso de casi tres horas y media, Xi presentó una visión confiada de una China cada vez más próspera y con lugar en el mundo. "Mediante un largo período de trabajo duro, el socialismo con características chinas ha entrado en una nueva era, esta es una nueva dirección histórica en el desarrollo de nuestro país", dijo el mandatario, que usó 36 veces la frase "nueva era".
Xi se dirigió a más de 2.000 delegados en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, incluido el ex presidente Jiang Zemin, de 91 años, bajo estrictas medidas de seguridad en una mañana lluviosa y con niebla.
El congreso, un cónclave que se prolonga por una semana y se realiza en gran parte a puertas cerradas, culminará con la selección de un nuevo Comité Permanente del Politburó que gobernará a los 1400 millones de habitantes de China durante los próximos cinco años, y donde se espera que Xi consolide su dominio en el poder.

Promesas a futuro

El presidente indicó en relación al plano económico que el gobierno relajará el acceso a los mercados para la inversión extranjera, ampliará el acceso a su sector de servicios y profundizará la reforma orientada al mercado de su sistema del tipo de cambio y financiero, al tiempo que fortalecerá las empresas estatales.
Asimismo, dijo -quizá en una referencia indirecta a la política de " Estados Unidos primero" del presidente Donald Trump - que China estaría comprometida con el mundo y que hará frente al cambio climático.
"Ningún país puede abordar por sí solo los muchos desafíos que enfrenta la humanidad, ningún país puede permitirse el lujo de retirarse al auto aislamiento", dijo Xi a los delegados, entre ellos monjes budistas, medallistas olímpicos, agricultores y al menos un astronauta.
Xi explicó su intención de una China con una visión modernizado para el 2035 para convertirse en una de las naciones más innovadoras del mundo, con una reducción significativa en la brecha de ingresos entre los residentes urbanos y rurales y sus problemas medioambientales fundamentalmente eliminados.
Para el 2050, dijo Xi, el país se convertiría en una "sólida potencia" socialista y moderna con una gran influencia en el escenario mundial. Sin embargo, insistió en que no habrá reformas políticas: "No deberíamos copiar mecánicamente los sistemas políticos de otros países. Debemos apoyar y mejorar firmemente el liderazgo del partido y hacer que el partido sea aún más fuerte".
En todo su discurso, el mandatario mostró un tono nacionalista, con la intención de pedir no sólo salvaguarde la soberanía china sino también revitalizar la cultura para que se oponga a las ideologías "erróneas" y fomente una religión "china en su orientación".
Xi ostenta un poder indiscutido y se espera que obtenga un segundo mandato de cinco años como líder del partido en el congreso.