18 de septiembre de 2025
El "millonario" sufrió sus limitaciones y la superioridad del rival en la etapa inicial. Pero lo buscó con sus armas en el complemento y al menos consiguió el gol del descuento mediante el marplatense Martínez Quarta. La revancha será el próximo jueves en Sao Paulo.
La derrota de River ante Palmeiras fue un golpe duro, pero no fatal. El equipo brasileño se impuso 2-1 en el Monumental, con una clara superioridad en el primer tiempo, donde sacó ventaja con goles de Gustavo Gómez y Vitor Roque. Sin embargo, el descuento del marplatense Martínez Quarta a poco para el final dejó al "millonario" con una pequeña chispa de esperanza de cara a la revancha en Sao Paulo. La serie sigue abierta, pero el equipo de Gallardo deberá mejorar si quiere revertir este resultado.
Palmeiras fue mucho mejor en la primera parte. Le disputó y ganó la posesión y convirtió en su primera llegada de pelota quieta. Después de un tiro de esquina desde la derecha, los marcadores riverplatenses quedaron pasados y el paraguayo Gómez metió el freno para impactar detrás de todos desde el borde del área chica. Muchas facilidades para uno de los mejores cabeceadores del continente, que colocó la pelota de pique al piso contra el palo derecho del arco local.
Después del gol, River quedó muy sentido y Palmeiras estuvo muy cerca del segundo. Armani tapó un remate de Khellven y un tiro libre de Andreas Pereira. Tras otra distracción defensiva en una pelota quieta, Evengelista anticipó y su cabezazo pegó en el palo.
El local tardó más de 20 minutos en salir del asedio. Lo emparejó con actitud, pero careció de fútbol. Apenas tuvo una secuencia de pases que terminó con una resolución desviada de Paulo Díaz. Y poco más.
A los 40?, tras una pérdida en la salida de Acuña, Palmeiras armó una jugada rápida y letal. Recuperación, toque para el "Flaco" López -de gran primer tiempo-, quien habilitó bárbaro a Víctor Roque. El "9" esperó el movimiento del arquero y cuando tuvo el hueco definió cruzado con jerarquía.
El "millonario" salió con cambios y más agresividad a jugar el complemento. Con los lanzamientos de Quintero y más profundidad por los costados generó, al principio, faltas o tiros de esquina. Pero no aprovechó cuando conectó con Driussi y Salas ni cuando a Weverton se le escapó la pelota. Acuña probó un par de veces de lejos y un milimétrico off-side de Montiel evitó una sanción de penal por falta del arquero. Ni siquiera la suerte parecía acompañarlo hasta que un remate de afuera del área de Martínez Quarta se desvió y se convirtió en el descuento.
Sobre el epílogo, tuvo oportunidades para empatarlo. Pero no acertó. El 1-2 lo dejó complicado, pero con la posibilidad de dar vuelta la historia.
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