En la calurosa mañana de ayer en Lincoln, Rivadavia enfrentó a Santamarina por la fecha 27 del Argentino A. Los tandilenses comenzaron mejor con un buen funcionamiento del mediocampo, que le impedía al local poder prosperar en la cancha.
El primer aviso de la visita se dio cuando Barrios Suárez ingresando por la izquierda, localizó en el área a Elizondo. El delantero dominó el balón pero no pudo darle ni dirección ni fuerza la remate. Luego Farías definió por sobre el horizontal tras un centro desde la izquierda.
En un juego equilibrado, Rivadavia se dio cuenta que los centros cruzados resultaban un problema para Santamarina. Roca ganó en las alturas, tras un envío desde la derecha, y fue Nahuel Santos quien de cabeza salvó la caída de su valla. En la segunda aproximación el local estableció la diferencia en el tanteador. Un centro de Gho desde la derecha encontró a Besel quien de primera la metió al medio del área. Luciano Vázquez anticipándose a Dragojevich, decretó el transitorio 1 a 0.
La alegría de los conducidos por Juan Carlos Pirez duró muy poco. Un minuto después, Santos condujo el ataque, cedió para Elizondo quien le dejó la pelota a Julio Cuello. El volante dentro del área, sacó un remate que se le escapó a Beltramella y se introdujo en el arco transformándose en el 1 a 1.
Luego que los jugadores se refrescaran, el partido tuvo otros matices. Elizondo en una solitaria corrida detuvo la marcha y pidió asistencia porque sintió una molestia en la cara posterior del muslo derecho que le impidió seguir, ingresando en su lugar Vera.
Rivadavia se dio cuenta que Juan Manuel Ijurco sufría con los centros y que al mismo tiempo no transmitía seguridad a la última línea. Ante este panorama, los envíos al área fueron una constante. Un cabezazo de Besel, fue rechazado en la línea por Moisés. Más tarde un centro desde la derecha, encontró solo a Sepúlveda quien no acertó el arco en los dos remates que tuvo. Posteriormente Ijurco le sacó el remate que pedía red a Besel y en la continuidad de la jugada Vázquez definió y entre Santos y el travesaño evitaron el segundo tanto del local.
La primera parte que culminó en igualdad, mostró a Rivadavia con mayor predominio del balón y con algunas incursiones ofensivas que por poco no terminaron en el fondo del arco. Santamarina estuvo ordenado, pero ofreció ventajas en el juego aéreo donde la defensa pareció extrañar mucho a Bertoya.
Un remate de media distancia de Sepúlveda que se fue apenas arriba del horizontal y un saque de Ijurco que peinó Barrios Suárez y no pudo capitalizar Vera, fueron las últimas emociones de la primera mitad.
En el complemento, en el arranque, el local presionó a su adversario, monopolizó la pelota pero no lastimó. Y a esta situación hay que sumarle que Rivadavia se quedó con un hombre menos por la expulsión de Schiavi, futbolista que en apenas 9 minutos vio dos veces la amarilla.
Santamarina no se desesperó, siguió transitando el partido con tranquilidad sabiendo que en cualquier momento podía acertar una jugada que le diera el triunfo. Un tiro libre desde la izquierda realizado por Vera, terminó rebotando en el ángulo superior derecho y una jugada que incluyó varios toques y que terminó definiendo mal Vera, fueron las principales acciones de riesgo. También hubo dos penales en una misma jugada, que el árbitro Facundo Díaz decidió ignorar. Tras un centro desde la izquierda, a Barrios Suárez lo atendió Roca y a Farías lo bajó Beltramella, faltas que no fueron apreciadas por el árbitro.
Rivadavia introdujo cambios, se acomodó en el campo de juego y logró desnivelar el resultado a su favor. Un centro de Parma fue cabeceado apenas afuera por Besel, jugada que sería la previa al segundo gol. Tomó el balón Sepúlveda, dejó en el camino a Dragojevich y Beratz, para sacar un remate bajo con cara interna del botín derecho y sellar el 2 a 1 definitivo.
Con la ventaja a su favor, Rivadavia le dio pelota y terreno a Santamarina y construyó un muro defensivo que jamás pudo ser vulnerado por los tandilenses. Era igualdad pero el equipo de Botella se descuidó en el momento menos indicado y se quedó con las manos vacías.