10 de julio de 2025

Junto a otros cuatro investigadores argentinos

Junto a otros cuatro investigadores argentinos. Científica tandilense premiada con beca internacional para bioquímicos latinoamericanos

Josefina Vicente es oriunda de la ciudad bonaerense de Tandil, se recibió de licenciada en Genética en la Universidad Nacional de Misiones y, por medio de una beca del CONICET, está realizando un doctorado en el Laboratorio de Virología, Agentes Antivirales y Citoprotectores del Instituto de Química Biológica (IQUIBICEN) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

Como cada año, el programa Promoviendo Oportunidades de Investigación para Bioquímicos Latinoamericanos (PROLAB) dio a conocer los resultados de su convocatoria, donde los científicos formados en Argentina tuvieron un rol destacado. Organizado por la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular, la Asociación Panamericana de Bioquímica y Biología Molecular y la Unión Internacional de Bioquímica y Biología Molecular, las postulaciones estaban abiertas a candidatos de Brasil, Chile, Perú, Uruguay, Cuba, Panamá, México, España y Portugal.

A pesar de la crisis presupuestaria que enfrentan ambos sectores, la educación y la ciencia en Argentina continúan demostrando su alta calidad: cinco de los siete jóvenes ganadores de este año del programa Promoviendo Oportunidades de Investigación para Bioquímicos Latinoamericanos (PROLAB) son argentinos o se formaron en el país.

Organizado por la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular (ASBMB), la Asociación Panamericana de Bioquímica y Biología Molecular (PABMB) y la Unión Internacional de Bioquímica y Biología Molecular (IUBMB) para contribuir al desarrollo de capacidades científicas de quienes están realizando sus tesis de doctorado o posdoctorado, las postulaciones estaban abiertas a candidatos de Brasil, Chile, Perú, Uruguay, Cuba, Panamá, México, España y Portugal.

De esta manera, Melina Bellotto, Luis Méndez, Josefina Vicente, Solange Viera, y Matías Villarruel Dujovne, podrán profundizar sus investigaciones con el acceso a tecnologías que prácticamente no están disponibles en la Argentina, generar alianzas y luego traer y desarrollar en el país el conocimiento adquirido.

A través de la beca obtenida, que les brinda un máximo de U$S 7.000 para cubrir gastos de viaje y manutención por hasta seis meses, los investigadores trabajarán en laboratorios de Canadá o Estados Unidos sobre temas tan disímiles como procesos relacionados al envejecimiento del sistema nervioso central, el metabolismo de la glucosa y los lípidos, la degeneración de la retina, el desarrollo de terapias innovadoras para infecciones respiratorias y la puesta a punto de biosensores que puedan detectar moléculas como antibióticos, vitaminas o proteínas en distintos tipos de muestras.

Envejecimiento, Alzheimer y más allá

Luego de recibirse de licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Melina Bellotto canalizó su interés por el funcionamiento del sistema nervioso central en el Laboratorio de Neurobiología del Envejecimiento del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), donde está haciendo su doctorado. Allí integra el equipo de la investigadora principal del CONICET Flavia Saravia, donde estudia los procesos relacionados con el envejecimiento que dan lugar a distintas patologías, con énfasis en la enfermedad de Alzheimer.

"Me parecen fascinantes los cambios que ocurren a nivel celular durante el envejecimiento o en procesos patológicos, y cómo estos se reflejan a nivel comportamental", señaló Bellotto a la Agencia CyTA-Leloir.

A través de la beca PROLAB, la bióloga continuará sus estudios en la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos, donde tendrá como objetivo definir el mecanismo de secreción de vesículas extracelulares que transportan moléculas tóxicas en enfermedades neurodegenerativas, incluyendo las proteínas amiloides, aquellas cuya acumulación en el cerebro está asociada al Alzheimer. "También vamos a investigar qué sucede con esas moléculas tóxicas cuando se bloquea su secreción", explicó.

"En un momento tan crítico para la ciencia en la Argentina, este tipo de subsidios son una herramienta sin la cual no sería posible seguir adelante con la investigación", resaltó la bióloga.

Degeneración de la retina

"Me interesa estudiar la degeneración retiniana porque afecta directamente una de las capacidades más importantes del ser humano: la visión", señaló la bioquímica Solange Viera, quien, luego de recibirse en la Universidad Nacional del Sur (UNS), realiza su doctorado en el Laboratorio de Neurobiología y Neurovirología del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB), que también depende del CONICET.

Motivada por la necesidad de entender cómo se rompe en la retina el equilibrio entre neuronas, células de la glía y señales moleculares, y cómo esos pequeños fallos pueden desencadenar una pérdida irreversible de la visión, Viera desea "aportar, aunque sea en una pequeña parte, al desarrollo de soluciones que devuelvan esperanza a quienes enfrentan una enfermedad que no tiene cura".

A través de la beca PROLAB, la joven investigadora se unirá al grupo de Patricia Becerra en el National Eye Institute, de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, para estudiar la interacción molecular entre ciertas proteínas endógenas (PEDF) y las células gliales de Müller, un componente esencial para la estructura y función de la retina. "Ante daño o enfermedad, como ocurre en la retinosis pigmentaria, estas células pueden entrar en un estado reactivo, perder su función protectora y contribuir a la progresión de la degeneración", explicó la bioquímica a la Agencia CyTA-Leloir.

Para ella, la beca "representa una oportunidad única para acceder a modelos animales específicos, tecnologías avanzadas y un entorno altamente especializado, que complementan y potencian las capacidades que ya desarrollamos en nuestro laboratorio".

Sobre diabetes, glucosa y lípidos

Un año después de haber comenzado a estudiar Biología en Venezuela, su país natal, Luis Méndez emigró a la Argentina. Fiel a su vocación, volvió a empezar la carrera en la Universidad de Belgrano y estableció aquí su residencia. En el primer año de la pandemia terminó la licenciatura, y se abocó al estudio de los procesos de degradación y reciclado de componentes intracelulares no necesarios o disfuncionales en el hígado, el páncreas y la hipófisis, órganos que cumplen funciones esenciales en la asimilación de glucosa y lípidos.

En el Laboratorio de Regulación Hipofisaria del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) estudia ratones que carecen del receptor D2 de dopamina (Drd2KO) y que presentan alteraciones en el metabolismo de la glucosa similares a las que ocurren en la diabetes. "Este receptor cumple funciones fundamentales en el sistema nervioso central. Está involucrado en el control del movimiento, la motivación, la sensación de recompensa y los procesos cognitivos. La disfunción de este receptor se asocia a enfermedades como el Parkinson y la esquizofrenia", explica Méndez.

Con la obtención de la beca PROLAB podrá profundizar su investigación en el Departamento de Farmacología y Química Biológica de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, a través de técnicas de espectrometría de masas de alta resolución y secuenciación de ARN, a las que no puede acceder en la actualidad. "Estas metodologías de vanguardia me permitirán estudiar cómo la ausencia del receptor D2 de dopamina puede afectar la acumulación, el tipo y la actividad de los lípidos hepáticos, así como también la expresión de genes relacionados con el metabolismo lipídico", detalló.

Estrategias innovadoras para infecciones respiratorias

Josefina Vicente es oriunda de la ciudad bonaerense de Tandil, se recibió de licenciada en Genética en la Universidad Nacional de Misiones y, por medio de una beca del CONICET, está realizando un doctorado en el Laboratorio de Virología, Agentes Antivirales y Citoprotectores del Instituto de Química Biológica (IQUIBICEN) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

"Nuestro cuerpo tiene un sistema de defensa que nos protege frente a virus, bacterias y otros microorganismos. Una parte clave de ese sistema son unos sensores llamados receptores tipo Toll (TLR), que se encuentran en la superficie o en el interior de las células y que funcionan como alarmas: cuando detectan señales de una infección activan la respuesta inmune", explicó Vicente. Y aclaró: "Los agonistas de TLR son moléculas que activan estos sensores, imitando la presencia de un virus o una bacteria, de manera de 'despertar' al sistema inmune y ponerlo en alerta".

Según Vicente, el estudio de este tipo de compuestos "puede abrir nuevas puertas para el desarrollo de terapias innovadoras que no dependan exclusivamente de antivirales, lo que resulta especialmente valioso frente a virus emergentes o resistentes, y les confiere un potencial de acción de amplio espectro". A través de la beca PROLAB, que realizará en el Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad Laval, en Canadá, la investigadora estudiará en ratones el efecto contra el virus de influenza del imiquimod, un agonista de TLR disponible actualmente en crema para ciertas manchas ásperas de la piel por exposición solar y verrugas genitales.

Puesta a punto de un biosensor

Por su parte, Matías Villarruel Dujovne tiene 28 años y se recibió de licenciado en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. En la actualidad, realiza su doctorado en el Laboratorio de Fisicoquímica de Enfermedades Infecciosas, que dirige Daiana Capdevila en la Fundación Instituto Leloir, donde, entre otras cosas, están desarrollando biosensores para la detección de contaminantes químicos en el agua.

Gracias a la beca PROLAB, Villarruel Dujovne podrá avanzar con su proyecto en el laboratorio que dirige el profesor de Ingeniería Química y Biológica Julius B. Lucks en la Universidad Northwestern, cerca de Chicago, donde estudian cómo el ARN ayuda a los sistemas vivos a percibir y responder a su entorno, y utilizan esa información para diseñar herramientas sintéticas.

"Mi meta es expandir y mejorar el biosensor que estamos desarrollando en nuestro laboratorio, de manera que no sólo detecte ciertos metales, sino que además sea compatible con la detección de otras moléculas, como antibióticos, vitaminas o proteínas, en distintos tipos de muestras", precisó el químico. Durante su estadía, planea realizar ensayos de transcripción in vitro acoplados a secuenciación masiva, con el objetivo de entender mejor cómo interactúan las proteínas del biosensor con las secuencias de ADN que regulan su funcionamiento, y así optimizar su desempeño.

Además de los cinco investigadores formados en Argentina, los otros dos ganadores del subsidio son Juan Francisco Silva-Agüero, que viajará desde Chile; y Paola Sosa Basso, de Uruguay. Desde 2012, ya son 123 los científicos latinoamericanos beneficiados por el programa PROLAB.

COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO

Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Iniciativa del PRO

Iniciativa del PRO. Presentaron un proyecto para crear la Escuela de Gestión Municipal

Los concejales del PRO Tandil, Juan Manazzoni y Dino Paoletta, presentaron este jueves un proyecto de ordenanza que propone la creación de la Escuela de Gestión Municipal, con el objetivo de profesionalizar al personal municipal y fortalecer la capacidad del Estado local frente a los desafíos actuales.

Subscribite para recibir todas nuestras novedades

data fiscal  © 2025 | La Voz de Tandil | Av. del Valle 1220 - Tandil