5 de enero de 2025
"La principal medida para evitar accidentes en piletas es la presencia de un adulto responsable", resaltó Nancy Guerrero, directora del Debilio Blanco Villegas.
Durante el verano, los espejos de agua y las piletas se convierten en polos de atracción y, en algunas oportunidades, en escenarios de accidentes que podrían evitarse atendiendo a algunas recomendaciones.
De acuerdo con los datos aportados por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren unas 300000 personas por
ahogamiento. La población más vulnerable son los niños y adolescentes: es una
de las principales causas de muerte.
La Dra. Nancy Guerrero es la directora del
Hospital de Niños Debilio Blanco Villegas y se refiere a algunas cuestiones
claves a tener en cuenta en materia preventiva y cómo actuar correctamente en
caso de accidentes en piletas o espejos de agua.
"Los riesgos de los chicos están vinculados
a su edad y podemos establecer 3 niveles de vulnerabilidad: en menores de un
año dependen exclusivamente de sus cuidadores, pero hay que tener en cuenta que
se pueden ahogar rápidamente con poca cantidad de agua si utilizan baldes,
tachos, se caen a pozos o zanjas.
En menores de 5 años, el riesgo se
encuentra más en piletas o en espacios con agua cercanos a los domicilios y en
niños más grandes y adolescentes, en extensas masas de agua como ríos, arroyos,
lagos o mares.
Los niños de corta edad corren un riesgo
particularmente alto porque no tienen herramientas para evaluar el riesgo ni
habilidades desarrolladas para manejarse en el agua. En los adolescentes, los
ahogamientos suelen ser resultado de una combinación de mucha confianza en las
habilidades para nadar con la subestimación del riesgo de situaciones
peligrosas cerca del agua, sobre todo si hubo consumo de alcohol o drogas",
señala la médica.
¿Cuáles
son las principales medidas a tomar para evitar estos accidentes?
La principal medida para evitar este tipo
de incidentes es la presencia de un adulto responsable, comprometido y que esté
atento todo el tiempo. No puede quedar un chico a cargo de otros niños: tiene
que ser un adulto quien esté al lado viendo permanentemente, dispuesto a
arrojarse al agua si hay que rescatar a un niño que no la está pasando bien o
con riesgo de sumergirse.
Otro aspecto importante a tener en cuenta
es que las personas a cargo -ya sea en los domicilios, instituciones
educativas, clubes o donde haya piletitas- estén capacitados para realizar
maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar). Todos deberíamos saberlas, pero
especialmente aquellas personas que están al cuidado de niños o como
guardavidas, deben realizar una capacitación permanente para saber cómo actuar
en situaciones de casi ahogamiento.
Además, estar atentos. Un adulto mayor
responsable que siempre esté mirando y nunca alejarse. De tener la necesidad de
salir, se llama a otro adulto que lo reemplace, pero nunca hay que dejar solos
en el agua a los niños ni al cuidado de otro niño.
Es fundamental también tapar, cercar las
piletas o poner algún tipo de dispositivo que evite su fácil accesibilidad. A
veces es un balde que tiene agua, un fuentón y la familia no considera que un
bebé que está empezando a caminar se pueda ahogar si se cae adentro. Pero si
queda con la cabeza sumergida no va a poder incorporarse rápidamente.
Hay que evitar la accesibilidad rápida a
los espejos de agua en niños chiquitos y en los chicos más grandes a las
piletas porque en cualquier distracción, se pueden escabullir y ahogarse en muy
pocos minutos
¿A
qué se le denomina síndrome de casi ahogamiento?
Se lo denomina de esa manera porque,
justamente, lo que se trata de hacer es evitar que el chico se ahogue,
aplicando técnicas de reanimación. Cuando está ahogado, las posibilidades de
vida son muy escasas, pero cuando ingresa un paciente al Hospital que lo
encontraron en una pileta y lo reanimaron, aumentan las chances de vivir. Luego
habrá que determinar si está más o menos comprometido, pero si un adulto
responsable realizó las maniobras de reanimación en el borde de la pileta, las
posibilidades de sobrevida sin secuelas aumentan muchísimo. Cuanto más tiempo
se pierde, peor es el panorama de recuperación.
Qué
hacer: los primeros minutos son claves
¿Qué hacer si se encuentra un niño flotando
o sumergido en la pileta?
Inmediatamente, sacarlo del agua. Nunca se
reanima a ninguna persona dentro del agua. Se la saca, se la apoya sobre una
superficie dura (piso) y se llama inmediatamente al 107. Si estamos solos, se
usa el celular en manos libres y mientras se habla también se observa si el
niño respira o no respira. Si respira, se le mueve el tórax, llora o tose, se
lo puede incorporar y secar, tratando de calmarlo mientras llega el servicio de
emergencia.
Si el niño no responde, está inconsciente y
no se mueve el tórax, inmediatamente se comienza con las maniobras de
resucitación cardiopulmonar: ventilaciones en la boca, se trata de levantar un
poco el mentón para enderezar la vía aérea, dos insuflaciones por la boca y 30
compresiones en el tórax. No se hacen maniobras para sacar el agua. El agua está
en el estómago, no en el pulmón y se tiene que evitar que el agua salga del
estómago y termine yendo al pulmón.
Se aplica un masaje cardíaco y ventilación
boca a boca mientras se llama al 107 con manos libres: no se espera a que
atiendan, ya que cuanto más rápidamente se haga la resucitación, más chances de
sobrevivir -y de sobrevivir sin secuelas- se tienen.
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