17 de septiembre de 2024
"Cuánto han trabajado aquellos obreros aurinegros en construir este lugar; qué maravilloso paraíso de silencio pueden crear los niños en una sala así; qué hermoso es cuando la poesía se mete, como un ratón en un edificio, en una pantalla gigante que suele alardear de los efectos evidentes y los sonidos estentóreos", son algunos de los pensamientos que nacen como las flores rústicas del campo, desordenados y sin permiso, después de ver una película como "Le petit Nicolas: Qu'est-ce qu'on attend pour être heureux?" (El pequeño Nicolás: ¿Qué esperamos para ser felices?)
Con dirección Amandine Fredon y Benjamin Massoubre, la obra no se va del espectador por más que pasen los días, invitándolo a dar soluciones creativas al problema de la existencia o al menos a disfrutar de las pinceladas creativas y graciosas sobre este gran lio que es la vida.
"Al cine voy a relajarme; la comedía está en la calle", dice el guionista a su dibujante en un momento de esa hora y pico de ternura.
La organización de esta ceremonia de arte, contemplación y confraternidad fue mérito de la Alianza Francesa en conjunto con Incaa Unicen, gente que invita a valorar cuánto han enriquecido social y culturalmente los inmigrantes a este valle encantador.
El ciclo de cine francés en Yrigoyen 662 comenzó este sábado y culmina hoy martes a las 20 con "La Petite bande" (La pequeña banda). La entrada es gratuita. Se aceptan alimentos no perecederos que serán donados a comedores comunitarios.
(Foto y texto: Alejandro Latorre)
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