Deportes. Fernando Vergel contaría con apoyo de socios para conducir a Santamarina

En medio de una crisis institucional, deportiva y económica, el nombre de Fernando Vergel aparece como una esperanza para tratar de cambiar una historia muy compleja a la que se llegó con la conducción de Javier Brazzola y por la cual el club tiene una deuda superior a los cien millones de pesos.

El empresario y ex jugador de la institución se encuentra realizando varias reuniones para sumar apoyo de socios pero también de ex dirigentes y allegados para juntarse, encausar al aurinegro y tratar de proyectar el 2026.

Dentro de este contexto, aparecerían las figuras de distintas personas que conocen el club y que tienen las serias intensiones de sacarlo adelante lo más pronto posible, luego del difícil año que pasaron en lo financiero, social y deportivo.

Al mismo tiempo, Vergel también abrió negociaciones con empresarios locales y nacionales en su afán de conseguir recursos que le permitan competir en la próxima edición del Torneo Federal que probablemente arranque a fines de marzo de 2026.

Cabe recordar que el pasado martes, a través de una solicitada, el Secretario de la entidad, Ramiro Quiroga, y la Tesorera, Ana Stagnoli, convocaron a una Asamblea General Ordinaria para incorporar nuevas autoridades a la comisión directiva ya que en el último tiempo se dieron varias renuncias.

EL PLANTEL Y COLABORADORES CONTINÚAN SIN COBRAR

Hace algunos días venció la segunda cuota del plan de pago que los futbolistas habían firmado con el por entonces presidente, Javier Brazzola. Tanto el primer pago como el segundo no fue abonado y probablemente a raíz de esta situación los deportistas, mediante Futbolistas Argentinos Agremiados, comiencen a inhibir al club.

Por otro lado, tampoco hay novedades con respecto a la cancelación de la deuda para los colaboradores del club entre los cuales estaban: integrantes del cuerpo técnico, equipo médico, utilero, canchero, prensa y comunicación.

"Vamos a honrar las deudas", se supo escuchar hace un tiempo, no muy lejano, por un ex dirigente que fue uno de los últimos en bajarse del barco.