28 de marzo de 2013
Alain Martínez, titular del complejo de cabañas “Piedra Libre Apart”, denunció ayer ante Fiscalía la estafa que perpetraron delincuentes informáticos que robaron una contraseña, inventaron una cuenta de mail y cobraron un depósito usufructuando el nombre de su firma, resultando damnificados sus clientes.
El hecho fue confirmado en las horas previas a la Semana Santa, justo cuando Tandil se desborda de turistas, y en momento donde las plazas están totalmente agotadas.
En diálogo con LA VOZ, el propietario de las cabañas ubicadas en Sandino 142, aseguró que -al menos- pudo comprobar un caso en el que el hacker percibió 1.000 pesos por dos noches de alojamiento, a través de una cuenta del Banco Francés.
De todos modos, aclaró que los clientes afectados vendrán el fin de semana posterior a las Pascuas, y se les brindó tranquilidad ya que, efectivamente, fueron reservados sus lugares. Incluso los malvivientes, carentes de toda vergüenza, les anunciaron que a ese monto le aplicaron un "15 % de descuento".
No obstante, persiste el temor de que otras personas lleguen a la ciudad en el "super fin de semana largo" con la certeza de tener confirmado el sitio donde pernoctar, y finalmente se enteren aquí de la mentira a la que fueron sometidos. Un sinsabor doble si se suma el posible perjuicio económico.
Las autoridades de la Dirección de Turismo comunal, y la Asociación de Hoteles, ya fueron notificadas de la denuncia de Martínez.
El cabañero decidió recurrir a la Justicia para que profundice la investigación y de con los responsables, aunque resulta muy importante también alertar a otras posibles víctimas.
LA ARGUCIA
El modus operandi comienza con la sustracción de la clave de mail del complejo de cabañas. Luego, los hackers, ya con los contactos de los clientes en su poder, más sus datos personales, crean una cuenta muy parecida a la verdadera. En este caso, en vez de la original, "apartpiedralibre", colocaron "apairtpiedralibre". De ese modo, si el turista no presta atención en la letra que las diferencia, cae en la trampa, y empieza a realizar una transacción con el farsante.
Martínez pudo detectar la anomalía a tiempo y se comunicó con los damnificados, a los que les reservó los lugares. Pero todavía no sabe si más visitantes llegarán a la ciudad en Semana Santa pensando que tienen para sí una plaza que, en realidad, ya está ocupada.
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