4 de junio de 2025
Quien permanezca en su casa junto a sus hijos, trabaje con ellos o esté hoy frente a una clase con pibes y pibas entre 8 y 18 años, después de una atenta observación, con suerte podrá inferir que ellos son indescifrables y que, por lo tanto, ya son el verdadero misterio contemporáneo que bien merece ser descifrado.
Por Lic. Ángel Orbea, psicoanalista, presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia- Distrito VIII
Pero sucede que, como en los misterios egipcios, estos no son sincrónicos a su develamiento. Por caso, Champollion al final del siglo XVIII, en medio de las campañas napoleónicas, descifró el misterio de los jeroglíficos, pero no llegó a resolver el misterio de sus dioses originales, que ni aun con el aporte de Sigmund Freud, en su Moisés y la religión monoteísta -publicado 1939- no se logró resolver. Esto último llevó al vienés a afirmar que "los misterios de los egipcios son misterios para ellos". Entonces, a diferencia de un enigma, un misterio no se resuelve. Hoy tenemos que nuestros adolescentes desde hace no más de 10 años han devenido un verdadero misterio vivo para los mayores.
Misterio porque no se sabe en qué andan aunque se los vea, se los siga y se los vigile. Misterio porque a diferencia de otras épocas, a ellos no les importa ser descubiertos y muestran o esconden sus cosas con total indiferencia placentera. Misterio porque, aunque apuesten son gasoleros in extremis. Misterio porque ellos son los que mandan, los que no aceptan órdenes, los que no mueven el cuerpo y, sin embargo -aunque encerrados- son tan sensibles a los otros y a la vida. Una vida digitalizada, donde la realidad material suma angustias que prefieren desconocer. Por eso suelen presentarse con tremendas dificultades para comprender, escribir y leer, reaccionando con furia autolesiva cuando algo les complica en lo virtual.
Por último, existe un verdadero misterio que ni alcanzan a nombrar: la sexualidad que, desplazada por la virtualidad, introduce un pasaje de lo erógeno -propio de la edad- a estados ansiógenos de morfología esquizofrénica que pueden terminar en tristeza y hasta depresión.
Ésta y otras presentaciones de los pibes y pibas son un verdadero quebradero de cabezas para los equipos de Salud Mental y los consultorios, por cuanto requiere que el profesional se concentre tomándose un tiempo que a veces no está, para descifrar e interpretar en la escucha y el respeto a los detalles más mínimos del caso, dejando de lado las clásicas formas semiológicas que casi nunca captan lo que pasa con el joven y la joven.
Pero lo que no es un misterio se origina en el trastocamiento de la infancia y la pubertad por la inmersión en sus vidas de ese dispositivo digital cedido por los mayores llamado celular que, a futuro será un verdadero determinante psicosocial. El uso del celular produce en el niño y el adolescente una satisfacción tan intensa que inmediatamente genera una impulsión adictiva que luego tendrá curso libre en las redes para someter al joven a una dependencia virtual, con consecuencias aun no advertidas en su salud mental y el sistema educativo.
Una revelación de tal misterio es visible en la conocida serie Adolescencia, por cuanto sobre el misterio de los adolescentes -a diferencia de la Piedra Rosetta de Champollion- son los mismos adolescentes quienes descifran sus propios misterios, tal como lo muestra el segundo capítulo de la serie, en el que un hijo le dice a su padre que le da lástima por su ignorancia de hombre mayor e investigador policía y, cual maestro Zen, lo introduce en la "sabiduría adolescente digital".
Adolescentes descifrados por adolescentes, la formula no es buena por cuanto se apoya en una simetría que desrealiza a los mayores, que a su vez les cuesta tomarse por tales. ¿Cómo pasar entonces de una simetría a una asimetría en una época de igualdades imaginarias? Al respecto, el psicoanalista tiene una fórmula de resolución, pero no siempre resolutiva.
¿Dónde se ubican hoy los pibes y pibas para hacerse un cuerpo y una identidad? Al respecto, hay dos respuestas: el lugar y la fórmula. Un lugar en la vida, la fórmula de la sexuación. Ambas están muy lejos de las respuestas del ventanal digital, que en verdad es hoy un verdadero integrismo digital que afecta al mundo y que por la positiva está condicionando el futuro de la vida humana y del planeta y por la negativa arrastra los pibes y pibas a una subjetividad maquinica que la serie muestra muy bien.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.