23 de diciembre de 2009
Entre los utensilios confeccionados por los plateros de la época para uso de los habitantes rioplatenses hubo uno que obviamente se destaco por la costumbre adoptada por los criollos de tomar mate como infusión preferida y elegida. El mate de pura plata el cual así se define por no tratarse de una calabaza suplementada y adornada con metales preciosos, mantiene un uso preferencial en la provincias donde el mate se toma preferentemente dulce y fueron obras de arte de los plateros de la época los cuales volcaron en ellos todo su saber y buen gusto. En la zonas del litoral donde el uso de la calabaza y la preferencia local por el mate amargo hizo que los ejemplares de pura plata se hallan refugiado en museos y colecciones privadas de objetos antiguos de la platería rioplatense que guardan una nutrida gama de estilos y detalles decorativos que ilustran, sino por la abundancia innumerable de sus ejemplares que, compitiendo en característica y fastuosidad ,m dan testimonio elocuente de la riqueza invertida, en época pasadas, para dar decoro y ascendente social a la primitiva costumbre indígena, tan identificada con la vida nacional.
Los mates de plata o plata y oro usados para el mate dulce o para las visitas se hicieron de toda clase de pura plata, de oro, plata y oro, plata dorada, lisos (sobre todo los de época colonial), cincelados, repujados, batidos a martillo, con leyendas, monogramas, cruces y hasta con fetiches, como para ahuyentar los malos espíritus, pues la gente de campo siempre fue algo supersticiosa, los hay adornados con escudos o símbolos alegóricos a la patria, palomitas en miniatura, ángeles en una palabra desde lo más artístico hasta lo más grotesco según el buen gusto y capacidad del orfebre que lo hizo o del cliente que lo encargo.
Hay curiosidades como por ejemplo mates cuya base es un platillo también de plata que se utilizaba para poner en ellos bizcochitos o tortitas que se tomaban con el mate para festejar al visitante o entre novios que acompañaban con una flor.
Curiosidades como una pequeña campanita entre los adornos y otros cuya base es una campanilla más grande que sirve llamar a la “sebadora” que generalmente era una negrita esclava (se sabe que en los grandes establecimientos de campo y en las grandes casas patricias se solían tener dos sebadoras una especialista en sebar mate dulce y otra para el amargo, lujos camperos).
Existen algunos mates con asa de cada lado de la boca adornados con un faisán o una paloma, los hay con el pie formado por un cisne, de cuello arqueado, una águila en actitud de volar o tres angelitos sosteniendo la esfera, con el soporte que suele ir munido de un bracito en cuyo extremo figura un ave o un animalito cualquiera generalmente estilizados. En colecciones privadas se han hallado mates de plata cuya base era una caja de música de la cual salían acordes de valses, polcas y milongas del 900.
En el libro platería sudamericana de Alfredo Taulliard de tener acceso a él podemos observar uno de los trabajos más importantes que se han realizado al respecto en información e historia sobre el tema que tratamos hoy.
En la ilustración que acompaña la nota vemos un mate de copa confeccionado por el platero Emilio Patarca, con una altura de 20 cm 10 cm de base y peso de 400 grs en plata batida, cincelada y fundida el mismo fue exhibido en la Casa Argentina en Roma, Italia en una exposición de orfebres del plata en la cual participaron Emilio Patarca y Emilio Capristo consagrados plateros argentinos
Buenos amigos espero pasen unas muy felices fiestas, un saludo y hasta la próxima.
Correo de Lectores abierto
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.