23 de diciembre de 2025
Investigadores bonaerenses trabajan en coordinación con productores rurales y con el Municipio para buscar soluciones a la falta de agua dulce producida durante sequías. Destacan la necesidad de comprender las características locales para adaptarse a los vaivenes del cambio climático.
La devastadora sequía de 2022 y 2023 afectó seriamente a los productores agropecuarios y ganaderos del noroeste bonaerense. A la pérdida de las cosechas y del forraje se le sumó la baja de la calidad de agua que consume el ganado debido a la salinización de las napas.
Algunas de las estrategias a las que debieron acudir fueron
comprar agua provista mediante camiones cisterna (con elevadísimos costos) para
la bebida animal, aumentar el número de perforaciones para molinos, incluso
vender hacienda y de ese modo disminuir los volúmenes de agua extraída.
En este marco un grupo de investigadores del centro IHLLA se
encuentra trabajando en mejorar la comprensión de este fenómeno en el noroeste
bonaerense, que responde a particularidades geológicas y ambientales de esta
región. Esta investigación cuenta con apoyo financiero de la CIC a través de la
convocatoria Ideas-Proyecto.
La hipótesis general es que la calidad del agua subterránea
en esta área no es uniforme, sino que cambia dependiendo del
"paisaje" y del tipo de sedimentos que hay en cada sector. En este
marco, los investigadores remarcan que aprender a manejar la recarga de agua
dulce proveniente de la lluvia es esencial para maximizar sus beneficios cuando
ocurre.
Esta investigación obtuvo el reconocimiento del municipio de
Carlos Tejedor mediante el Concejo Deliberante. Se enmarca además en un trabajo
articulado entre el Estado y los productores ganaderos rurales a través del
municipio, la Provincia (a través del IHLLA-CIC) y de los productores, que, con
sus conocimientos adquiridos, también aportan información y posibles
soluciones.
LA ESTACIÓN HIDROMETEOROLÓGICA. MEDIR PARA DECIDIR
Con la finalidad de reforzar la red de monitoreo que ya
tenían los productores, desde el IHLLA pusieron en funcionamiento la primera
estación hidrometeorológica de seguimiento continuo en Carlos Tejedor.
Mediante el uso de un pluviómetro se mide de forma automática tres variables cada diez minutos: la conductividad del agua, la profundidad del agua subterránea (nivel freático) y la temperatura del agua. Para medir eso hubo que hacer una perforación de cinco metros. La parte hídrica es todo lo que está midiendo desde la superficie del suelo hacia abajo, mientras que la meteorológica es la parte atmosférica.
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