Tras varias campañas, quedando cerca del ascenso, Independiente pudo festejar en General Pico, La Pampa, el tan ansiado salto de categoría para llegar al Federal B. Casualmente, dentro de un mes, se cumplirán ocho años de aquel festejo ante Boca de Río Gallegos que le permitió al rojinegro llegar al Torneo Argentino B.
Con un cuerpo técnico del riñón del club, encabezado por un ex jugador de a institución como Gerardo Villar, el plantel empezó este verano con la ilusión de ser nuevamente protagonista en la competencia.
Haber ganado la fase de grupos, con dos victorias ante Ferro, sumado a los triunfos ante Boca y Embajadores, una igualdad ante el elenco de Azul y una caída en Olavarría, le permitieron a los tandilenses ahorrarse el primer cruce eliminatorio.
En esa instancia el rojinegro fue de menor a mayor, con una base que venía de consagrarse en la Unión Regional Deportiva, más la llegada de refuerzos locales que se integraron rápidamente a un equipo que tenía sed de revancha por haber estado, años atrás, cerca de conseguir el ascenso.
La ilusión fue creciendo a partir de superar exitosamente las series ante Embajadores y Racing, en ambos casos, pasando mediante la definición por penales. En el medio, el plantel sufrió distintas bajas por lesiones o suspensiones que las supieron cubrir correctamente.
Independiente se fue adaptando a las circunstancias, sin modificar un estilo de juego que intentó ofrecer en todas las canchas en donde le toco jugar. Con un plantel llego de jugadores formados en las divisiones inferiores del rojinegro, este equipo volvió a dejar bien en alto al fútbol de Tandil con este nuevo salto de categoría.
Varios pudieron festejar por repetido, debido a que Ignacio Triviño, Matías Petersen, Nicolás Trasante y Gerardo Villar fueron parte del plantel que en junio de 2009 logró el ascenso al Argentino B. Este fin de semana, en la provincia de La Pampa, pudieron darse el lujo de sumar la segunda estrella en la institución que los vio nacer.
En General Pico, el plantel conducido por Villar pudo coronar un proceso de un trabajo serio, responsable y a largo plazo que terminó llevando al elenco tandilense al Federal. Un festejo que se hizo esperar pero que valió la pena.