BUENAS COSAS QUE NO VEMOS. Una vecina destacó el buen accionar de unos niños que salvaron un pichón de gorrión

Los chicos, de alrededor de 10 o 12 años, como cualquier domingo soleado, salieron a pasear en bicicleta por las callecitas de un Tandil que descansaba de su actualidad cada vez más frenética y abrumadora.

Uno de ellos, despejándose de la distracción propia de la charla con los amigos y el andar zigzagueante de la bici, notó la presencia de un pichón de gorrión que había caído de las alturas en las que se encontraba su nido.

"Casi lo piso con la bici", le contó el chico a Elisa, que en ese momento asomaba y ya había advertido que los pibes, habían puesto en marcha el operativo de rescate del animalito, al que, no sin trabajo, devolvieron a la protección de su hábitat.

Elisa les sacó un par de fotos y los felicitó, mientras que se acercó a LA VOZ para reflejar la historia, pequeña, imperceptible, tal vez nimia, pero al decir de la vecina y lectora, "en estos tiempos, con las cosas que vemos, las cosas que pasan, lo que hicieron estos chicos me pareció para destacar".

La señora lamentó "no haberles preguntado los nombres", pero quiso agradecerles, aunque sea anónimamente, por correrse de estos tiempos de cierta indiferencia y desunión, y haberse detenido a proteger una vida, por efímera que parezca.