22 de diciembre de 2025
Integrantes de la Biblioteca Popular "Juan Antonio Salceda" realizaron este lunes por la tarde, un "abrazo" simbólico a la institución para visibilizar un conflicto con la actual comisión directiva del Club Ferrocarril Sud, que amenaza la continuidad de sus talleres y la permanencia de la librería La Bullanga.
La comunidad de la Biblioteca Popular "Juan Antonio Salceda" atraviesa un cierre de año marcado por la tensión y la incertidumbre. Daniel Fernández (presidente), María Salceda (prosecretaria) y Analía Ríos (secretaria) hicieron pública una situación de "desencuentros" con la conducción del Club Ferro que se ha extendido por más de diez meses.
Según explicaron las autoridades de la biblioteca, la nueva
comisión directiva del club, que asumió a principios de este año, ha puesto "condiciones
estrictas" para la renovación del comodato del espacio que ocupan. Entre las
exigencias se encuentran "el cese de las actividades culturales (talleres y
eventos) y el desalojo de la librería La Bullanga, un proyecto que funciona en
el lugar desde 2019".
Desde la biblioteca sostienen que estas condiciones harían
imposible su funcionamiento, ya que la actividad cultural es lo que le da
"vida" al espacio y al barrio. Además, recalcaron que, aunque administrativamente
funcionan como asociaciones civiles diferentes, por requisitos legales, la
biblioteca es parte de la identidad del club desde hace 107 años.
"Necesitamos que la biblioteca funcione y que funcione
sin esta cosa como si fuésemos ocupas", manifestaron con preocupación.
Un espacio recuperado
por el esfuerzo colectivo
La situación actual contrasta con el proceso de recuperación
iniciado hace una década. María Salceda recordó que hace diez años la
biblioteca estaba prácticamente cerrada, con sus libros en cajas. Gracias a un
acuerdo con el Colegio de Técnicos y el apoyo de socios y de la UNICEN,
lograron volver a su edificio histórico.
En 2019, la articulación con la librería itinerante La Bullanga permitió recuperar un sector del edificio que estaba en ruinas, sin luz ni pisos, transformándolo mediante un "trueque" de trabajo y obra en el centro cultural que es hoy. Actualmente, la comisión directiva de la biblioteca está integrada en su totalidad por personas que trabajan activamente en el espacio como talleristas o gestores culturales.
En busca de mediación
Tras no lograr un punto de entendimiento en reuniones
formales e informales, los representantes de la biblioteca acudieron al
Municipio de Tandil el pasado 18 de diciembre para solicitar una mediación
municipal.
Ese mismo día, se presentaron en la asamblea del club para
informar a los socios, quienes, según afirman, desconocían la gravedad del
conflicto.
Como respuesta, el club ha propuesto a tres socios
históricos y dirigentes, como mediadores independientes. Desde la biblioteca
expresaron su confianza en estas personas y confirmaron que su comisión se
reunirá para definir quiénes participarán en este nuevo espacio de negociación.
"Tenemos todas las puertas y ventanas abiertas para una
negociación", afirmaron, con la esperanza de conformar una comisión
bipartita que reconozca a la biblioteca como un espacio cultural vital y parte
de la red patrimonial de Tandil.
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