4 de abril de 2013
Por su parte más de 300 efectivos de las fuerzas federales de seguridad y militares participan del operativo de protección que se desarrolla en el área de la ciudad de La Plata.
El dispositivo, que involucra a la Policía Federal Argentina a través de las unidades de Bomberos y Grupo Especial de Rescate, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y el Ejército Argentino, fue supervisado por el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni.
Las fuerzas federales asignaron efectivos, camiones, embarcaciones, helicópteros y dotaciones de Bomberos para auxiliar a los vecinos y realizar patrullajes en las zonas afectadas por la fuerte tormenta, informó el ministerio de Seguridad de la Nación.
Vecinos de las localidades Ringuelet y Tolosa, aún con los pies mojados y las ropas húmedas, arrojaban a las veredas, con gestos de resignación e impotencia, sus pertenencias estropeadas por el agua que invadió rápida y sorpresivamente sus hogares.
Muchos soportaron estoicamente la rápida subida del agua refugiados en entretechos, sobre automóviles dentro de los garajes y hasta en carpas sobre el techo.
Otros se autoevacuaron y pernoctaron en casas de familiares y amigos o en refugios en escuelas y clubes, donde muchos también recibieron alimentos y ropa y se disponían a pasar otra noche.
En la mayoría de los barrios aún no había vuelto la electricidad y se veían las luces de linternas oscilando en la oscuridad de calles y veredas, en tanto por las ventanas se reflejaba un pálido rojo amarillento de las velas.
En los pocos barrios en los cuales no se interrumpió el suministro eléctrico durante la inundación fue donde se registraron muertes por electrocución.
En kioscos y almacenes, se formaban largas filas de gente en busca de velas y pilas, como insumos de primera necesidad.
Otros insumos indispensables, como alimentos, ropa seca y colchones, los consiguen en los centros de evacuados del municipio, en las agrupaciones nucleadas en Unidos y Organizados y en centros de recepción y entrega de donaciones, atendidos por voluntarios, tanto de la Cruz Roja como Scouts, donde el movimiento era intenso hasta la madrugada.
Allí permanecían principalmente mujeres, niños y adultos mayores, mientras los jefes de familia y sus hijos jóvenes cuidaban las casas, en espera de reunirse con el resto de la familia en la próxima mañana.
En algunas zonas sólo brillaban luces de linternas en tanto en gran parte de la ciudad, en especial en barrios periféricos, habían un constante circular de patrulleros policiales, aunque no se registraban inconvenientes.
TELAM
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