24 de mayo de 2025
Mayo es un mes en el que se enfatiza en la difusión de la donación de órganos. Las redes se llenan de campañas y se hace hincapié en el pedido de quienes esperan. Nuestra ciudad, todavía conmovida por el trasplante de Isidro Gastaldi Aladro y en vilo por la espera de un corazón para Inés Socobehere, tiene otras historias que contar. Hoy en la Lupa Random, Dano y Juan Martín, ambos trasplantados hablan de su segunda oportunidad de vida, de los miedos y de las sensaciones de tener un Angel Donante.
por
Lorena Medina y Florencia Pendas
En junio del 2006 Dano De Pietri volvió a nacer, era muy
chiquito (1 año y siete meses), cuando su vida pendía de un hilo. El, nació con
atresia de vía biliar una enfermedad grave, que provoca diferentes disfunciones
por la obstrucción de la vía biliar. "Estaba un poquito amarillo cuando nació y
fue empeorando con los días lo internaron y al hacerle el laboratorio, después
del pinchazo, la sangre no paraba de salir, y eso fue lo último que terminó de
confirmar que algo tenía", cuenta Thelma su mamá.
Juan Martín Retondo, en cambio, tuvo un diagnóstico
prenatal, tenía una malformación congénita (válvula de uretra posterior) que le
provocó un deterioro en sus riñones, tuvo que nacer un mes antes y desde el
minuto cero, el pronóstico era de trasplante.
No son dos historias más para mí, contarlas me pone en un
lugar especial, entre el ellos y el nosotros. Juanma es mi hijo y a Dano lo
conocí recién trasplantado, cuando viaje a Buenos Aires y me acerque al
Garrahan a entrevistar a Thelma, su mamá.
Pero más allá de lo que siento (en primera persona) hoy
quería que Juanma y Dano cuenten cómo es transitar esta segunda oportunidad de
vida. Cómo es el día a día, y que es lo que a ellos les pasa cuando ver que
cada vez, hay una nueva búsqueda...otra familia esperando.
Después de aquella vez en la que nos vimos con Thelma,
Dano continuó su recuperación y Juanma su tratamiento para llegar lo mejor
posible al trasplante, que ocurrió en 2011, cuando ya tenía 8 años.
"Yo me acuerdo de todo, pensaba que no era para tanto. Aunque
también sé que fue un gran estrés para todos. Fue raro porque tenía un donante
vivo relacionado, mi papá, ya estaban todos los estudios hechos para que el 15
de diciembre se hiciera el trasplante, pero una semana antes apareció un
donante cadavérico más compatible...cuando me dijeron no entendía nada, dije ¿no
era la semana que viene?".
Todo salió de acuerdo a lo esperado y Juan empezó su nueva
vida, en la que de a poco fue entendiendo y tomando dimensión.
Sus caminos se cruzaron antes en la Colonia Unquitas, con
el profe Mati Boulanger. Ambos lo recuerdan y se ríen, eran momentos de
disfrute, Dano ya vivía su segunda oportunidad y Juanma esperaba que llegue el
momento.
Después coincidieron jugando al fútbol en el Baby de la Uni,
Dano, hijo del profe Memo De Pietri siempre estaba ahí junto a su hermano Valen
y su mamá y para mí, ese iba a ser un lugar cuidado en el que Juan podría comenzar
a disfrutar de su cuerpo después de tanto padecimiento.
La vida tiene todos los matices y además del disfrute, también
hay otras emociones que no son tan agradables, pero que se permiten transitar. "He
tenido miedo bastantes veces, pero al fin y al cabo es parte de vivir. Hay que
agradecer que uno esta acá gracias a otra persona, que ahora vive en nosotros.
Siempre digo que hay que disfrutar de todo, familia, amigos, momentos del día a
día. Tener miedo es normal, pero no tiene que paralizar. He estado muy mal, y
eso me dio mucho miedo, pero hoy estoy acá, y eso es lo que hay que agradecer.
Tengo mucha gente que me quiere y me quiere ver bien. Al de arriba que me ayuda
también, yo digo que él siempre está en todo", dice Dano pensando en momentos difíciles
que le toco atravesar.
"Tengo miedo ahora más de grande, porque sé que cuidar
este riñón es una responsabilidad y el miedo es a perderlo y tener que pasar
otra vez por un trasplante. Pero es un sentimiento que es parte de la vida", cuenta Juan.
Luego de varios años de trasplantado, a Dano le tocó otra difícil, curarse de un linfoma con quimioterapia y rayos, pero a pesar de todo, salió adelante y hoy se ríe de algunos pasajes de esa vida adolescente internado. "Siempre le ponemos onda, recordamos los momentos difíciles con alegría, o como una anécdota graciosa. Somos así, es nuestra forma. Miramos fotos con mamá y nos decimos ¿Cuál de los dos estaba más hecho pelota?", relata.
Hoy Dano, ya recibido de Cheff, tiene un emprendimiento
de pastelería junto con una compañera, @danosdecomer_and_roo y aunque lo dulce
no es amigable con su hígado, "se me complica un poco cuando sobra merengue, un
poquito como, pero se cuáles son mis límites", dice.
Juanma, en cambio, fanático del fútbol trata de abrirse
camino en la comunicación y tiene su columna en el programa radial Pasión
Futbolera, que conduce Adrián Alonso.
Ambos coinciden en la importancia de informarse respecto
de la donación de órganos, ser agentes multiplicadores de los pedidos de tantas
personas y niños que están en esa espera cargada de incertidumbre.
Dano y Juanma son dos chicos que disfrutan de esta segunda
oportunidad. Una chance que alguien les dio, sin siquiera conocerlos, en lo que
para las familias (nosotros) es el acto de amor más grande que alguien puede
tener hacia otro. Por Ley no está permitido que los centros asistenciales y los
profesionales a cargo den detalles de quienes fueron sus donantes, pero sabemos
que, en los dos casos, fueron donantes multiorgánicos, esto significa que, con
esa decisión, han salvado muchas vidas, además de la de Dano y Juan.
"Si yo pudiera conocer a la familia de mi donante le diría
que se quede tranquilo que voy a cuidar esa parte de su ser querido y les agradecería
la chance que me dieron de seguir viviendo," dice Juanma.
Dano querría, "agradecerle, y contarles todo lo que viví,
y vivo gracias a ellos y su decisión. Agradecerles por ese gesto de amor y
valentía. Me encantaría que pudiera ver también a toda la gente me acompaña en
la vida y está feliz por mí, todo eso es gracias a ellos".
Todo lo que han vivido y viven Dano y Juanma, es gracias
a sus ángeles donantes, no había alternativas para ellos. Historias como ésta
hay, muchas. Que tal vez sean, una luz de esperanza para los que esperan. Dos
vidas que disfrutamos gracias a esa segunda oportunidad por la que todos los
días agradecemos.
Sus sonrisas, sus miradas cómplices, el disfrute con sus
hermanos y padres, los enojos y frustraciones también, todo, absolutamente todo
es un homenaje a esos donantes y sus familias. Desde que nos llegó esta segunda
oportunidad, las gracias son diarias y eternas.
Informate en
Instagram @incucaioficial - @cucaiba
En Tandil, Hospital Ramón Santamarina
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