21 de junio de 2025
Hace 12 años que funciona en nuestra ciudad este grupo de personas que ha ideado una forma de generar trabajo para aquellos que necesitan tener una casa propia. Hoy La Lupa Random hace foco en Cadena de Favores, un grupo que hoy está contribuyendo a construir la casa número 33, con un proyecto que une la solidaridad y el trabajo en equipo. Que da oportunidades y siembra valores que se contagian.
por
Lorena Medina y Florencia Pendas
Cadena de Favores Tandil, es el nombre que ha encontrado
un grupo de amigas para darle un título a una acción que tiene un valor enorme,
donar su tiempo y ayudar a familias a trabajar para tener una casa.
"Comenzamos hace 12 años con un grupo tres chicas
(algunas aún continúan) con la necesidad de ayudar, de alguna manera, a
familias que vivían en lugares muy precarios. Así nació la idea de brindarles
la oportunidad de organizar su vida, empezando por la casa", cuenta Mora García
Guerrero, quien se sumó al grupo hace unos seis años.
En principio lo que buscan es "lograr que tengan las necesidades
básicas cubiertas, pero luego también apuntamos a que puedan tener un lindo
mueble o una vajilla para todos los habitantes de ese hogar. Ofrecemos esa
posibilidad a familias que tienen la necesidad, pero además que muestran muchas
ganas de trabajar para que eso suceda", cuenta.
El sistema de trabajo que tiene Cadena de Favores y que
le ha dado muy buenos resultados, teniendo en cuenta que actualmente están construyendo
la casa número 33, está basado en brindar la oportunidad para que la propia
familia construya su hogar.
"Tenemos un sistema de organización que no se basa en el
asistencialismo. Todos los miércoles nos juntamos para ir a Cadena, ese día
salimos a buscar donaciones por toda la ciudad. Por suerte después de estos
años muchos nos conocen y saben cómo trabajamos.
Llevamos lo que recolectamos a la familia que estamos
ayudando para que organicen un baratillo y todo lo que ingresa por la venta de
las donaciones nos lo dan para que nosotras compremos los materiales, que luego
ellos van a utilizar en la construcción de la casa. Trabajamos con corralones de
materiales, pinturerías, aberturas y también tenemos la suerte de contar con
gente de oficio como plomeros, gasistas, electricistas que también nos dan una
mano."
El entusiasmo con el que Mora cuenta cada acción,
contagia, y eso es algo que también buscan que suceda con las familias. "Nos
pasa que una vez que terminamos una casa, esa familia está dispuesta a ayudar a
otras. Por ejemplo, si estamos en una que necesita techo y es una sola persona
la que puede trabajar, vienen de otras familias que ya construyeron la suya con
nosotras y los ayudan."
El por qué contribuir a la construcción de la casa tiene
una explicación (o varias). Vivir en condiciones dignas es un derecho, pero además
de eso, ordena la vida. Por supuesto que la demanda es mucha, pero hay ciertos
requisitos que son importantes cumplir para que sea viable comenzar con el
proyecto. "La lista de espera es enorme y tratamos de dar lugar a todos, pero trabajamos
por prioridades. Cuando éramos un grupo más grande colaborábamos con dos o tres
casas en simultáneo, pero ahora estamos con una casi terminando y ya arrancamos
con otra. Sin dudas, en la casa en la que hay niños o niñas escolarizados,
ponemos el foco. Creemos que el tener una casa, es la base para un orden, que después
impacta en todos los aspectos de la vida de una persona. Cuando nos llegan los
pedidos estamos atentas a eso y a que se cumplan algunos requisitos internos,
como por ejemplo que tengan un terreno propio".
Este grupo de mujeres de distintas profesiones, llego a
tener treinta integrantes y aunque hoy el número es menor, las ganas de generar
la oportunidad y contagiar, sigue intacta. Brindan algo que no tiene precio,
pero sí mucho valor, su tiempo. Y ofrecen una oportunidad, algo que para muchas
familias es impensado.
"Estas casas se hacen sin una inversión económica extra.
Lo único que nosotras hacemos es poner nuestro tiempo, y todo el resto del trabajo
lo hacen las familias. Les mostramos la oportunidad, les damos el
acompañamiento y ellos trabajan para tener su casa propia. Son un ejemplo para
sus hijos que aprenden así, no sólo que con trabajo se puede salir adelante sino
a valorar eso que lograron", menciona.
En estos años de andar, Cadena de Favores tiene cimientos
firmes: la responsabilidad y la transparencia absoluta. Todo lo que la gente
dona es recolectado por ellas mismas en las recorridas de los miércoles y se
ocupan de subir a redes a qué lugar lo llevan para que se realice el baratillo.
"Recibimos todo tipo de donaciones, desde ropa, muebles y
electrodomésticos. Siempre pedimos que sean cosas que estén
en buen estado y funcionando para que otro pueda utilizarlo".
Hoy la casa 33 está casi terminada en Villa Aguirre,
aunque también han estado en varias ocasiones trabajando en La Movediza.
Conocer más de Cadena de Favores, hace que un eslabón más
se agregue, porque no sólo es dar una mano. Brindar oportunidades abre un mundo
de posibilidades que para muchas familias ni siquiera existe. Accionar de este
modo, con un trabajo como medio para un propósito, provoca que la gente además
de procurarse lo propio se sienta útil para otros. Y otra cosa que por estos días
no abunda y es tan necesario, ven al otro, lo sacan de la invisibilidad para
ponerlo en el lugar de protagonista de su propia historia de vida.
Acciones que, como donar el tiempo, no tienen precio,
pero sí, un valor en incalculable.
Contactate al Instagram de @tandilcadenadefavores
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