4 de julio de 2025
Se trata de una tecnología que evita el congelamiento del agua en regiones frías, donde la temperatura puede llegar a -22 °C. El Bebedero Térmico Ovino (BeTO) funciona con energías renovables, busca mejorar el bienestar animal y facilitar los trabajos del personal de campo. Fue desarrollado por especialistas del INTA Los Antiguos -Santa Cruz- y Balcarce -Buenos Aires-.
Los equipos técnicos del INTA Los Antiguos, Santa Cruz, junto con el laboratorio de IOT (Internet de las cosas) del INTA Balcarce, Buenos Aires, diseñaron un dispositivo para evitar el congelamiento del agua de bebida en ovinos. Se trata del Bebedero Térmico Ovino (BeTO), una tecnología que funciona con energías renovables y suministra agua a demanda, incluso a -22 °C.
Representa, asimismo, una solución significativa a un
problema histórico de la ganadería en regiones frías como lo es el
congelamiento de las fuentes de agua para los animales. Su implementación
cumple con principios clave de la ganadería climáticamente inteligente, lo que
permite el acceso al agua a demanda durante el invierno. Por otra parte, se
trabajó en un grupo interdisciplinario, analizando opciones, elementos y
situaciones. Así fue cómo, luego de tres años de trabajo en conjunto, se llegó
a un prototipo que se instaló y fue testeado en condiciones reales.
Santiago Arhancet -jefe de la Agencia de Extensión Rural Los
Antiguos- explicó: "El Bebedero Térmico Ovino ha demostrado su eficacia en
temperaturas extremas de hasta -22 °C, fue probado en condiciones reales en un
establecimiento ganadero del noroeste de Santa Cruz. Los ensayos demostraron la
viabilidad del prototipo y la rápida aceptación por parte de los animales".
"El dispositivo utiliza energías renovables para funcionar y
entrega el agua a demanda. El bebedero comienza a llenarse en cuanto las ovejas
se acercan y tienen en poco más de un minuto 200 litros a disposición, sin
interrumpirse la carga", describió Arhancet.
A su vez, viene a dar solución a una problemática de la
ganadería en zonas frías que no solo afecta a los animales que no disponen de
bebida a voluntad, sino también al personal de los establecimientos que tienen
que romper, en forma manual, el hielo de los bebederos varias veces durante las
jornadas de trabajo.
"Cada vez que el agua se congela, hay que sacar los bloques
de hielo y descartarlos, por lo cual este prototipo busca también contribuir al
cuidado del recurso hídrico", indicó Arhancet.
Marcos Clemente -investigador del INTA Balcarce- señaló que
"el bebedero, si bien está pensado para dar una solución al clima patagónico y
al congelamiento de las fuentes de agua, puede implementarse en cualquier
región, ya que evita también la evaporación en zonas de mucho calor y asegura
agua filtrada y tratada, aportando al cuidado y la sustentabilidad del medio
ambiente".
Según Clemente, algunos de los beneficios del uso del
Bebedero Térmico Ovino son: contar con agua a demanda durante el invierno y
promover el bienestar animal, lo que puede contribuir con un incremento de
ingresos agropecuarios, y reducir el trabajo en condiciones desfavorables.
"El prototipo se pensó para trabajar con ovinos, por lo que
funciona solamente con esa especie", aclaró Arhancet, y explicó que "se
comprobó la aceptación y acostumbramiento de los animales, que funciona sin
hacer ruido y que mediante cámaras trampa pudimos comprobar que no hubo
suministro de agua a ninguna otra especie". Además de las bajas temperaturas,
el dispositivo considera componentes para controlar la calidad del agua
mediante filtración y reducción de patógenos.
El proceso para la obtención de la patente se inició en
febrero de 2024, cuando el INTA presentó la solicitud al Instituto Nacional de
Propiedad Industrial, diferenciando el prototipo de más de 120 proyectos
similares a nivel global.
Arhancet destacó que "contar con la patente, nos permite
avanzar en uno de los puntos que más nos importa, que los productores puedan
acceder a la tecnología, es decir llegar a un producto que esté disponible en
el mercado". Actualmente, se trabaja en acuerdos de transferencia tecnológica
con una empresa regional que posee capacidad de producción comercial, con el
objetivo de llevar esta innovación al mercado.
El desarrollo de esta tecnología ha sido posible gracias al
trabajo conjunto de técnicos de la Agencia de Extensión Rural Los Antiguos y
del grupo de Internet de las Cosas de la Estación Experimental Agropecuaria
Balcarce. Además, contó con el apoyo financiero del Instituto de Promoción de
la Ganadería de Santa Cruz (IPG) y la contribución de materiales por parte de la
Asociación Agrícola Ganadera del Noroeste de Santa Cruz y productores privados.
Fuente: INTA Informa
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