17 de agosto de 2024
Eran las 9 y media de la noche cuando el escritor Martín Kohan arremetió con una enérgica defensa de la educación pública argentina y el público estalló en un aplauso unánime, conmovido casi tanto como él cuando dijo que se podía estar orgulloso de la educación pública de nuestro país como de muy pocas cosas.
"No siento vergüenza, no soy un ñoqui estatal, soy
docente de la educación pública y estoy orgulloso por eso: no me voy a dejar
denigrar. No van a lograr avergonzarme", sentenció. Para entonces, ya llevaba
más de una hora de una charla que tuvo como epicentro a la literatura -¿un bien
urgente y necesario? tal como lo enunciaba el título de la convocatoria- y la
impecable intervención y moderación de la docente Dominique Moreno, quien
estuvo a la altura del invitado, una de las figuras centrales de la 19na
edición de la Feria del Libro y de la literatura argentina actual.
"Leer es de las cosas más importantes del mundo y siempre
hay algo más importante que hacer antes. Paradójicamente, es un condición
indispensable y relegada al mismo tiempo", dijo el autor de "Ciencias morales",
iniciando un raid vertiginoso sobre los efectos secundarios y daños colaterales
de esa realidad que ha impactado de lleno en muchos órdenes pero, sobre todo,
en el proceso educativo donde calificó de "catástrofe" al modo en que fue
perdiendo terreno allí.
Kohan alineó el análisis de la literatura argentina a su
mirada aguda y reflexiva del pasado y presente de nuestro país, al repaso
coloquial de la construcción de la "argentinidad", explicando el modo en que
esa mirada organizó la narrativa de la identidad nacional y las maneras en que
los escritores y escritoras se las han arreglado desde siempre para desarrollar
alternativas de interrogar a la política.
Haciendo un uso envidiable del tiempo y, sobre todo, de
la síntesis para no dejar escapar lo indispensable de un disparador tan
pantagruélico como el propuesto, hurgó profundamente durante los 90 minutos que
duró la charla en los alcances y limitaciones para pensar una literatura
popular, el uso del aparato estatal para cooptar discursos aglutinantes, las
pasiones (el fútbol, sobre todo) y las batallas culturales de todo tipo que se
han librado -desde Mitre en adelante- para encontrar el tono en que resuena lo
nacional en la vida de la gente y en los gobiernos de turno.
"Qué es el tono? Lo que no suena como una disrupción"
dijo antes de desmadejar las formas de la violencia que pululan en muchos
discursos y, sobre todo, en las redes. "Nos hemos acostumbrado a que al menos
una vez al día nos encontramos a alguien que insulta y denigra a otro, sin
consecuencias, sin generar tensiones, ni siquiera como quien oye llover porque,
en tal caso, yo me digo "la puta, me voy a mojar cuando salga", graficó. "La
denigración y descalificación al otro ya no funcionan como disrupción y es un
dispositivo que se ha desplazado al discurso del aparato estatal: el Presidente
de la República llamó "puta" a una actriz y no pasó nada. Creo que estamos
perdiendo el piso de nuestra dignidad y eso es muy peligroso. Convivir con la
denigración sistemática del otro, sin responder nos deja ante un abismo y la
posibilidad de convertirnos en una sociedad incapaz de reaccionar ante lo
inaceptable", sostuvo.
Luego le dedicó un extenso segmento a las guerras del
siglo XIX, las del XX y las del XXI, un siglo al que Kohan se resiste a
arribar, al menos en términos discursivos. "Cuando yo nací, recién hacía 60
años que había muerto Mitre. Sepan entender", ilustró entre risas.
El humor y su enorme capacidad para condensar ideas en
frases potentes son dos de las características más salientes de su retórica,
aun cuando se refiere a tragedias como la guerra de Malvinas, de la que rescató
dos obras del anaquel destinado al tema: "Los pichiciegos", primera novela de
Rodolfo Fogwill y "Trasfondo", de Patricia Ratto, quien se encontraba entre un
público tan numeroso que colmó las instalaciones de la sala Eduardo Rodríguez
del Pino y permaneció de pie en el acceso de entrada de la Cámara Empresaria.
Finalmente, ponderó la importancia de la literatura y sus
prácticas asociadas como un reflejo vital para valorar lo propio: "ésa es una
verdad que no la he encontrado más que en la literatura", cerró.
La 19na Feria del Libro de nuestra ciudad se llevará a
cabo hasta mañana, en la sede de la Cámara Empresaria (Mitre 856) y es
organizada de manera conjunta por el Municipio local, la UNICEN, la Cámara
Empresaria y la Asociación de Librerías de Tandil. Permanecerá abierta de 15 a
22 y todas las actividades son con acceso libre y gratuito.
PROGRAMACIÓN EL DOMINGO
Sala Eduardo Rodríguez del Pino (planta baja)
15:30: Laboratorio de Ideas II: «Letras fantásticas»,
taller de ilustración para niñas y niños a partir de 6 años. Coordina
Ilustradores Serranos.
16:30 Laboratorio de Ideas III: «Cadáver exquisito»,
taller de ilustración para niñas y niños a partir de 6 años. Coordina
Ilustradores Serranos.
17:30: Adriana Fernández, escritora y Afra, ilustradora.
Julia sueña, sueña Ema (2024). Ed. Del naranjo. Literatura infantil. Libro
ilustrado.
18:30: Volverse Texto: un viaje entre la imagen y la
palabra. De la novela gráfica a Corazón Geométrico (Sigilo, 2022). María Luque
en diálogo con María Abásolo y Magdalena Cheresole.
19:30: Ilustradores Serranos. «La ilustración en el ámbito
local: algunos procesos de trabajo». Conversan Mercedes Irastorza, Jorge
Lester, Fernando Maiarú, Pamela Wehrhahne.
Sala Alejo Azcue (planta alta)
15:30: Julio Marini. Un día más (2023). Ed. Azul Magno.
Compilación de cuentos del autor. Acompañan María Laura Paredes y Maru Aronna.
16:30: María Cuesta López. Retorno al pueblo (2024). Ed.
Azul Magno. Novela. Acompaña Maru Aronna.
17:30: Facundo Dalmacio. Tandil en el Folklore y la
Literatura (2023). Ilustraciones: Chiara Leotta. Compilación de investigaciones
en torno a mitos, relatos y canciones populares de Tandil.
18:30 Mauricio Javier Campos. Masones (2024). Ed. Autores
de Argentina. Ensayo en perspectiva sociocultural e histórica.
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