8 de julio de 2009
El pasado fin de semana, la feligresía católica tandilense, a tono con la emergencia sanitaria provincial por la pandemia de la gripe A, protagonizó una Misa particular en materia del tradicional rito religioso.
Llegaron a las parroquias las medidas de prevención, y por recomendación específica del Obispado con sede en Azul, fueron suspendidos el saludo de la Paz, la hostia en la boca y el agua bendita en las pilas.
El dato fue confirmado por el padre Sebastián Briscioli, cura párroco de Santa Ana, donde como en todos los templos, se respetaron los lineamientos que exhibieron los sanitaristas. Mientras tanto, continúan sin actividad los cursos de catequesis y encuentros de los diversos grupos parroquiales.
"Las Misas se desarrollan normalmente, pero con algunas restricciones, obviamos el beso de la Paz, la comunión se da en la mano y, en mi caso, quitamos el agua bendita de las pilas", argumentó Briscioli en diálogo con LA VOZ.
Paralelamente, relevó el cura que tras la propagación de la enfermedad, disminuyó la cantidad de gente en los encuentros religiosos, aunque esa baja no resultó considerable, añadió.
"Vinieron algunas personas menos, y tratamos de que evitan el saludo con contacto", subrayó Briscioli.
Finalmente, el sacerdote recordó que la epidemia de la gripe A fue incluida en las intenciones de oración.
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