26 de diciembre de 2025
Carmen Heredia, una de las voces referentes de las feriantes de Plaza San Martín, relató, en diálogo con el programa "Sin pelos en la radio" (AM1560), la dura realidad de las familias que fueron desalojadas antes de las fiestas y denuncia la falta de empatía por parte del municipio.
En medio de un clima de incertidumbre y angustia, la comunidad de feriantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) atraviesa uno de sus momentos más difíciles. Carmen Heredia, una mujer de 63 años que lleva dos décadas dedicada a la venta en espacios públicos, alzó la voz para visibilizar el conflicto que mantiene a unas 60 familias -en su mayoría encabezadas por mujeres- sin su sustento diario.
Para Carmen, la feria no
es solo un comercio, es un "legado emocional. Fue mi hijo, quien ya no está
físicamente, quien me impulsó a comenzar en este camino hace 20 años". En aquel
entonces, ante la necesidad de alimentar a sus siete hijos, comenzó
recolectando ropa que la gente descartaba y que su hijo rescataba del basural
junto a sus amigos.
"Toda mi vida fue
tratar de trabajar dignamente de lo que sea. Trabajé en horno de ladrillo,
recolectaba yuyos medicinales, siempre traté de buscarle el lado bueno, a pesar
de la pobreza", relató Heredia, quien además padece diabetes y ha ido a
trabajar incluso con niveles de salud alarmantes para no perder el día de
ingresos.
La controversia estalló
cuando, apenas dos semanas antes de la Navidad, el municipio les prohibió
continuar con sus puestos en la Plaza San Martín (Rivadavia y Monseñor D'Andrea),
un lugar donde, según Carmen, "habíamos logrado construir una organización
armoniosa y ordenada bajo el ala del MTE".
Ésta decisión les provocó
perjuicios económicos, "Dos semanas antes de las fiestas nos avisaron que
no podíamos ir más. ¿Te imaginás cómo nos quedamos todos? Hay gente que
invirtió mucha plata, pedimos préstamos para comprar las cosas con toda la
ilusión de que un 24 de diciembre, podíamos vender".
Carmen junto a otros
integrantes de la feria, participaron en reuniones con autoridades municipales,
específicamente con Alejo Alguacil, Vicejefe de Gabinete, "A él lo vi como
prepotente, en negativa todo el tiempo, para él fuimos unos 'negritos
feriantes' nada más. No le importó nada de nada", relató. Además, criticó
las excusas brindadas por el gobierno local, "como la supuesta falta de
presupuesto para baños químicos porque el municipio está en quiebra, mientras
que otros sectores, como el Mercado de Pulgas, sí cuentan con servicios
garantizados".
Carmen, que percibe una
jubilación mínima afectada por préstamos pedidos para invertir en su puesto,
explicó que la feria es lo que le permite tener una vida digna. "con lo que vos
ganamos en la feria es para vivir un poquito mejor, para hoy poder comer un
plato de fideos con tuco y queso, y no solo fideos blancos".
Hacia el final de la
entrevista, la feriante pidió que las autoridades "ablanden su corazón y nos
otorguen un lugar fijo para trabajar los fines de semana, donde podamos ofrecer
los productos y artesanías de manera pública y segura".
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