22 de mayo de 2025
Tal como estaba pautado, referentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Movimiento Evita y Cooperativas utilizaron la Banca 21 en la sesión de este jueves del Concejo Deliberante.
Sin los votos de La Libertad Avanza y del PRO, el proyecto de Ordenanza presentado por los trabajadores, fue aprobado por mayoría.
El Honorable Concejo Deliberante resolvió "requerir al Poder
Ejecutivo Nacional la restitución del FISU o la garantía de los recursos
necesarios para la finalización de las obras en ejecución y paralizadas en la
ciudad de Tandil, así como la disposición de los recursos necesarios para las
obras pre-aprobadas o necesarias en el marco de los objetivos declarados por la
Ley de Barrios Populares y la SSISU". Dicha solicitud "tiene como objetivo
principal trabajar en conjunto por la urbanización de los barrios populares y
la integración socio urbana, así como defender los puestos de trabajo de las
cooperativas involucradas en las obras públicas bajo la normativa citada".
Documento presentado ante el HCD:
"Estamos aquí, frente a este Honorable Concejo Deliberante
para traer a este recinto un tema que nos involucra a todos. Un tema que nos
aqueja a diario y que NO nos resulta ajeno, porque tiene que ver con nuestras
vidas cotidianas.
Nos encontramos acá en defensa de una política pública que
nos devolvió la esperanza de que el derecho a una vivienda digna es posible, derecho
que es consagrado para todas las personas en la constitución Nacional, pero que
sin embargo su vulneración ha sido y es una constante en la historia del país.
Fue recién a partir del 2016 que se logró poner en agenda y
luego, con la aprobación en el 2018, por unanimidad, de la Ley Nacional de
barrios populares que se avanzó en dar respuestas concretas a las problemáticas
de millones de argentinos, garantizando, a partir del Fondo de Integración
Sociourbana, las obras de infraestructura necesarias para el acceso a los
servicios básicos y un hábitat digno.
Esta política pública permitió a las cooperativas de la
ciudad llevar a cabo obras que empezaran a borrar esta desigualdad. Se
ejecutaron entre el 2022 y el 2024, 800 conexiones intradomiciliarias de
servicios y equipamiento urbano en los barrios la Unión, Villa Gaucho, Movediza
1, Movediza 2 y Villa Laza. de las cuales 407 fueron conexiones de agua, 300
instalaciones de electricidad segura, 151 conexiones de acceso a la cloaca,
además 4100 metros de vereda, arbolado y un espacio de esparcimiento y
deportivo.
También podemos mencionar las 400 beneficiarias de Tandil del
programa Mi Pieza promovido por la secretaría de integración sociourbana,
destinado a mujeres que viven en los barrios populares, la mayoría jefas de
hogar, que pudieron comprar materiales para mejorar sus viviendas y o
ampliarlas para salir del hacinamiento crítico.
Estas obras no solo significaron la mejora en la vida de
aquellas familias, sino también la generación de trabajo digno a más de 80
cooperativistas y a las familias de los mismos barrios, y para Tandil también
generó un gran movimiento en su economía interna, más de 600 mil millones de
pesos ingresaron a la ciudad en ese periodo generando puestos de trabajo
directos e indirectos y consumo local.
Hoy venimos hablar de las obras que llegaron pero sobre todo
de las obras que faltan para las cientos de familias tandilenses que aún
padecen vivir entre el barro, sin agua, sin cloaca, sin gas, sin un espacio
recreativo ,educativo o de salud en el barrio. Venimos con gran preocupación,
porque unas de las políticas más importantes en términos de justicia social
corre peligro, porque todavía en nuestra ciudad existen barrios enteros sin
acceso a los servicios básicos. En Tandil hay registradas más de 2000 familias
que viven en 11 barrios populares, las cuales el 75% no accede a la red formal
de agua, el 73% no accede a las cloacas y casi el 100 % no accede al gas
natural.
Venimos con extrema preocupación por el giro que ha dado la
política nacional, poniendo al sálvese quien pueda como principio organizador y
la crueldad como forma de vincularnos. Eliminar el papel del Estado significa
un impacto inmediato en la vida de la gente, significa que miles de familias
viven sin derechos básicos, genera la pérdida de trabajo digno que supimos
construir a partir de la economía popular, resta dinamismo a la economía local,
favorece los trastornos de salud, al daño ambiental y pone en riesgo la vida de
nuestros pibes y pibas, porque sabemos que cuando el estado se corre en
nuestros barrios el lugar lo ocupa el narcotráfico.
Quienes trabajamos en los barrios populares, estamos
convencidos de que la tarea que hemos cumplido ha sido humana y socialmente
transformadora. Cada vez que realizamos una conexión segura de electricidad
salvamos vidas, ganamos en mejoras integrales para el funcionamiento general de
las redes y sin dudas regularizamos una situación generalizada ante las
prestatarias. Cada tanque de agua colocado en un barrio donde el agua se corta
en el verano, permitió una reserva para cada familia y un mejor funcionamiento
de la red. Cada conexión a la red de cloacas, favoreció mejores condiciones de
salud e higiene. Los metros y metros de veredas que realizamos nos recordaron
que podemos salir de casa cuando llueve, que podemos salir de casa en silla de
ruedas, que nuestras pibas pueden caminar tranquilas sin los riesgos de
transitar por las calles (como sucede en gran parte de los barrios). Cada
espacio comunitario, plaza o playón deportivo nos recordó que no sólo queremos
vivir en nuestras casas, sino que resulta fundamental para la planificación
urbana contar con espacios de encuentro colectivo entre vecinas y vecinos, de
recreación, de actividad deportiva, de disfrute, de juego... y que eso es parte
de lo que el Estado debe proyectar.
Hoy venimos a hablarles mirándolos a la cara con orgullo
porque Tandil fue ejemplo de cumplimiento de las obras, todas ellas se auditan,
todas se rindieron y se certificaron.
Todavía hay quienes
sostienen que los vecinos deben hacerse cargo de las redes de cloacas o agua.
Si el Estado no puede, cómo es posible que las familias que apenas subsisten
con sus salarios puedan afrontar las sumas millonarias que involucran las obras
que lograron realizarse con el FISU.
Hoy venimos a compartir esta situación porque no nos
acostumbramos a vivir mal, no nos acostumbramos a que nos miren sobre el
hombro. Queremos que se piense a los barrios populares de Tandil como parte
fundamental de esta hermosa ciudad que queremos.
Venimos a recordarles
que la planificación de la ciudad debe hacerse desde los territorios y que lo
que nos dijeron que no se podía, se pudo. Que queremos que exista la voluntad
política para que todas y todos vivamos en condiciones de mayor igualdad, una
misma ciudad, una misma Tandil.
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