12 de agosto de 2009

Locales

Locales. Un imputado de faltar a la verdad y una historia hasta hoy guardada

Dentro del complejo entramado que depara la frustrada investigación, ayer este Diario pudo confirmar un hilo investigativo que estuvo guardado con absoluto recelo por la pesquisa, que podía –aún puede- haber sido la clave para esclarecer el crimen, sin embargo, con el paso de los días y los meses, aquella expectativa se diluye para retomar a la conclusión de que se está frente a un homicidio impune.
Según LA VOZ pudo acceder del expediente, desde el día del macabro hallazgo (lunes 14 de agosto de 2007), los investigadores tomaron el dato sobre un presunto vecino que dos días antes de encontrar el cadáver había dicho en un comercio sobre lo que le había ocurrido a Herrera. Precisamente 48 horas del hallazgo (sábado 12), cuando en efecto había ocurrido el asesinato según confiaron los profesionales tras la autopsia del cuerpo.
Allí, bajo absoluto hermetismo, los investigadores dieron con el comercio, una agencia de quiniela de avenida Perón y Arenales. Allí, los empleados dieron cuenta a la policía que en efecto, el sábado, un hombre al que no lo veían con frecuencia por el local, fue a jugar y había dicho textualmente: “se enteraron lo que le pasó a la vieja de los monoblock. La mataron a palazos”.
Palabras más, palabras menos, las empleadas se vieron sorprendidas de sus dichos. Habida cuenta que no sabían nada, que no habían notado ninguna presencia policial ni movimiento alguno, ni tampoco ninguna noticia del asunto en los medios. El lunes, sí el panorama había notablemente cambiado en la barriada.
A pesar de los esfuerzos de los investigadores, las empleadas nunca pudieron identificar al sujeto en cuestión, especulando que era alguien que de tanto en tanto jugaba en la agencia, pero que no era muy frecuente su visita.
Pasaron los meses y con la causa encarrilada a lo que en párrafos anteriores se detalló, los esfuerzos por localizar al hombre se diluían, hasta que un día, aquella persona apareció.
No en aquella agencia, pero sí en otra ubicada en avenida Colón, del mismo propietario, donde por esos días había una de aquellas empleadas que había sido receptora de aquel sugestivo mensaje del sujeto que supo del homicidio antes que la policía.
La empleada llamó a personal policial sobre la aparición y tras algunas diligencias los efectivos lograron dar con el paradero del hombre. Se lo puso en autos de lo que estaba sucediendo, pero la reacción del vecino fue negar aquellos dichos.
Ya por el mes de diciembre del año pasado, la fiscalía junto a personal de DDI lo siguió investigando a pesar de reticencia, tomando como válidos los dichos de aquellos empleados de la agencia de quiniela. Incluso derivó en un careo que, finalmente culminó con una severa imputación para el sujeto: fue detenido por falso testimonio.
Para más datos, una de las empleadas agregó más precisiones sobre lo que había sido aquella conversación del sábado 12. Más precisamente añadió que el hombre habría dicho en su relato que él se había enterado aquel sábado cuando conversaba con un amigo en una esquina de la manzana de los monoblock, y repentinamente llegó a escena un chiquito (menor de edad), hijo del amigo, quien a viva voz les dijo “papá el pen... mató a la señora”, lo que deja a las claras que los tres actores (los dos mayores y el menor) estaban en conocimiento de la víctima como el posible victimario.
Todos estos detalles fueron puestos a interrogación de parte del fiscal para con el hombre identificado, pero se mantuvo en su negativa a aceptar que aquellos dichos eran suyos. En consecuencia, en los últimos días y más allá de los intentos de los investigadores, derivaron en la imputación por falso testimonio.
Con respecto al presunto amigo y su hijo, nunca se los logró hallar. Si bien se especula que por aquellos días debían ser vecinos de la zona, nunca se pudo dar con sus paraderos.
Todas las mencionadas aristas a priori eran tomadas como positivas para entender en un avance en la causa, pero frente a la reticencia del hombre por decir lo que supuestamente sabe, no hace más que agregar más impotencia a la pesquisa.
Cabe consignar que de arribar a un veredicto condenatorio por falso testimonio, el hombre no podrá más ser tenido en cuenta por el fiscal como un futuro testigo. Así, las chances de un esclarecimiento cada vez se alejan más.

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