Deportes. Fiesta argentina en España: Elche vibró con Messi y la Selección

La pasión por la Scaloneta no conoce fronteras. La selección argentina, con Lionel Messi a la cabeza, desató este jueves una auténtica locura en la ciudad de Elche, en la Comunidad Valenciana. Más de 20.000 personas -la mayoría con camisetas celestes y blancas- colmaron el estadio Martínez Valero para presenciar un entrenamiento abierto que se vivió como una verdadera fiesta nacional a miles de kilómetros de casa.

El club local, el Elche CF, propiedad del empresario y representante Christian Bragarnik, organizó la jornada con todos los guiños posibles a la campeona del mundo. Desde temprano, la bandera argentina se proyectó en los videomarcadores y una enorme pancarta desplegada en la tribuna de preferente rezaba "Coronados de gloria vivamos", acompañada por imágenes de Maradona, Messi y los héroes de Qatar 2022.

El ambiente se pareció más al de una semifinal de Copa del Mundo que a una práctica de rutina. En los parlantes sonaban clásicos del repertorio popular argentino, con el inevitable "Muchachos" como himno no oficial. Cuando los jugadores pisaron el césped al ritmo del Himno Nacional, coreado por miles de gargantas, el estadio se convirtió en una pequeña Bombonera levantada en el Mediterráneo.

La aparición de Messi fue, como siempre, el punto culminante. Apenas saludó a uno de los fondos, el público estalló en una ola de cánticos que recorrió las tribunas. Algunos hinchas lloraban, otros filmaban sin descanso y muchos simplemente se quedaban quietos, tratando de grabar el momento en la memoria.

La llegada de la delegación argentina al estadio también fue un espectáculo. Bragarnik recibió al plantel al pie del micro, mientras los accesos al Martínez Valero colapsaban ante la marea humana. Miles de personas, envueltas en banderas, siguieron al ómnibus hasta la puerta del estadio, y el griterío alcanzó niveles ensordecedores cuando Messi bajó los primeros escalones.

El operativo de seguridad fue similar al de un partido de LaLiga. Se reforzó la vigilancia privada en las primeras filas de la tribuna para evitar invasiones de campo, aunque el público se comportó con fervor y respeto. Pese a ser día laboral, el estadio abrió todas sus gradas -excepto la tribuna principal, reservada para jugadores del club y la cantera- y hasta se habilitó el ingreso de un millar de hinchas que había quedado afuera por falta de entradas.

Entre los asistentes se destacaron figuras del club anfitrión, como el entrenador Eder Sarabia, exayudante de Quique Setién en el Barcelona, y el arquero argentino Matías Dituro, que se ganó aplausos al mostrarse con una camiseta de la selección y un mate en la mano.

En las tribunas, la identidad futbolera se mezcló con la nostalgia. Hubo banderas de clubes argentinos -Newell's, Boca, Ferro- y camisetas de Messi en todas sus versiones: la albiceleste, la del Barcelona y la rosa del Inter de Miami. Durante la práctica, los hinchas respondieron con una "ola" que recorrió varias veces el estadio y celebraron cada gol como si se tratara de una final. El estallido mayor llegó cuando el rosarino, tras una jugada colectiva, definió al ángulo en uno de los ejercicios de definición.