30 de octubre de 2025
Residentes en el norte del Caribe ponían hoy manos a la obra para intentar recuperarse de la destrucción causada por Melissa, mientras aumentaban los fallecidos a causa del catastrófico huracán.
El estruendo de la maquinaria pesada, el zumbido de motosierras y el ruido de los machetes resonaban en todo el sureste de Jamaica mientras trabajadores gubernamentales y vecinos comenzaban a despejar las carreteras para llegar a las comunidades aisladas que sufrieron el impacto directo de una de las tormentas más poderosas jamás registradas en el Atlántico.
Los atónitos residentes deambulaban por la zona, algunos observando sus casas sin tejado y sus empapadas pertenencias esparcidas a su alrededor.
"Ahora no tengo casa", señaló un angustiado Sylvester Guthrie, que vivía en Lacovia, en la parroquia sureña de St. Elizabeth, mientras se aferraba a su bicicleta, la única posesión de valor que le quedaba tras la tormenta.
"Tengo un terreno en otro lugar donde puedo construir, pero voy a necesitar ayuda", suplicó el operario de saneamiento. Los vuelos con ayuda de emergencia comenzaron a aterrizar en el principal aeropuerto internacional de Jamaica, que reabrió el miércoles por la noche, mientras las brigadas distribuían agua, comida y otros productos básicos.
"La devastación es inmensa", señaló el ministro de Transporte de Jamaica, Daryl Vaz. Algunos jamaicanos se preguntaban dónde iban a vivir. "Ahora estoy sin hogar, pero tengo que mantener la esperanza porque estoy viva", manifestó Sheryl Smith, que perdió el tejado de su vivienda.
Las autoridades reportaron el hallazgo de al menos cuatro cadáveres en el suroeste de Jamaica. El primer ministro, Andrew Holness, dijo que hasta el 90% de los tejados de la comunidad costera suroccidental de Black River quedaron destruidos.
"Black River es lo que se podría describir como la zona cero", señaló. "La gente todavía está asimilando la destrucción". Más de 25.000 personas permanecían hacinadas en refugios en la mitad occidental de Jamaica, y el 77% de la isla seguía sin electricidad.
MUERTE E INUNDACIONES
Melissa también provocó inundaciones catastróficas en Haití, donde al menos 25 personas fallecieron y otras 18 fueron reportadas como desaparecidas, principalmente en el sur.
Steven Guadard, que vive en Petit-Goâve, dijo que el huracán mató a toda su familia. "Tenía cuatro hijos en casa: un bebé de un mes, un niño de siete años, otro de ocho y otro que estaba a punto de cumplir 4", manifestó.
La Agencia de Protección Civil haitiana indicó que el meteoro se cobró al menos 20 vidas en Petit-Goâve, incluyendo las de 10 menores. Además, causó daños en más de 160 hogares y destruyó 80.
Las autoridades advirtieron que 152 personas con discapacidad necesitaban ayuda alimentaria urgente en la región sur de Haití. Más de 11.600 personas seguían en refugios en todo el país debido a la tormenta.
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