17 de mayo de 2025
Apolline Gouache, de Francia y Leopold Meierhofer, de Alemania están viviendo en Tandil desde agosto del año pasado y son parte del programa de intercambios de la organización Rotary. Viven con familias anfitrionas, van al colegio y rápidamente hicieron su grupo de amigos. Hoy La Lupa Random te cuenta cómo es la vida de ellos en nuestra ciudad. Qué cosas van a extrañar de Argentina y porque sienten que ahora tienen "otro hogar en el mundo".
por
Lorena Medina y Florencia Pendás
Apolline Gouache es de Rochelle, Francia y Leopold Meierhofer (Poldi) proviene de Regensburg, Alemania, probablemente nunca hubiesen tenido contacto, pero por esas cosas del destino y del mundialmente conocido programa de intercambios de jóvenes de la organización Rotary, sus caminos se cruzaron en Tandil, teniendo como anfitrión al Rotary Club Tandil Oeste.
Ambos tienen 16 años y llegaron a Tandil el pasado 28 de
agosto, dejando en sus ciudades a sus familias, pero pensando en vivir una
experiencia enriquecedora.
Apo tiene dos hermanos y vive en una pequeña ciudad
llamada Rochelle "es muy distinta a Tandil, tiene mar, osea que el paisaje de
las sierras para mi es algo nuevo, eso me encanta. En cuanto habitantes, tiene
la mitad de Tandil y no pasa eso de saber mucho de los otros. Es como que cada
uno está en lo suyo".
Poldi, en cambio, es el mayor de dos hermanos y cuenta
que "Regensburg, queda cerca de Munich y es como Tandil en cantidad de
habitantes, tiene 150 mil, pero en cuanto a la construcción y eso, es una
ciudad muy antigua. En lo que sí nos parecemos es en que todos nos enteramos de
todo y acá todavía un poco peor, porque somos el alemán o la francesa", dice
mientras los dos se ríen.
La llegada a Tandil fue sorprendente para ambos. Cada uno
reside con una familia anfitriona y van a distintos colegios, Apolline concurre
a Sagrada Familia, mientras que Poldi cursa en Martín Rodríguez.
Cuando llegaron, en español sólo sabían decir su nombre y
de donde provenían. "Yo había tenido clases de español, pero de España y acá ¡nada
que ver! El español de argentina es algo muy particular, así que todo lo que
hablamos es producto de convivir acá con nuestras familias anfitrionas y el
intercambio en el colegio y con amigos", menciona Apolline. Los dos en este
tiempo que llevan en argentina han aprendido a hablar de manera impecable el
"argentino", porque no sólo se entiende, sino que aplican cada muletilla del
adolescente argento a la perfección, el "tipo que", "obvio".
Hoy a poco tiempo de su regreso a sus países (retornan el
5 de julio) sienten que la elección del destino, no podría haber sido mejor. "Yo
vine sin mucha idea de lo que iba a encontrarme, elegí Argentina como uno de
los destinos porque mi tío me lo sugirió. Siento que lo mejor que pude hacer es
no tener expectativas, todo me sorprendió y me encantó. Todos los lugares, el
recibimiento, la calidez de la gente", menciona la joven francesa.
"En mi ciudad, había ido a otras charlas sobre
intercambios que mucho no me convencieron, y una profesora de mi colegio me
contó que había una de Rotary y allá fui. Estuve con algunos intercambistas que
contaban de sus lugares para que yo pudiera elegir a donde me gustaría ir. La
que más me gustó era la opción de venir a Argentina, a pesar de que allá me
decían que no iba a poder salir a la calle, que era muy peligroso. Ahora a más
de 8 meses de estar en Tandil, siento que tome la mejor decisión", cuenta
Poldi.
El primer día
Luego de todo el viaje y llegar al país, los
intercambistas son recibidos por autoridades de Distrito y allí con sus
familias anfitrionas van cada uno a su lugar de residencia. Y cuando hay que
empezar a socializar comienza la verdadera experiencia.
El primer día en el colegio para Poldi, "fue muy loco
estábamos con Amalia (otra intercambista) en el patio del colegio, en Martín
Rodríguez y sentíamos que nos miraban, era obvio que éramos los nuevos. Pero
enseguida se acercaron a hablar, aunque al principio no nos entendíamos mucho,
con algunos hablábamos en inglés, pero no con todos. Igual enseguida pudimos
comunicarnos hacer amigos, eso es muy bueno".
"Es impresionante el primer día de escuela, no sabes
nada. Los profes te preguntan y vos querés charlar, pero no podes. Acá me di
cuenta de que son re abiertos, me hice amigos re rápido...me encanta", menciona
Apo.
Durante su permanencia en el país, también participan de
las distintas propuestas de Rotary. Han viajado con el resto de los
intercambistas al norte y también al sur, es decir que no sólo hacen amigos en
su lugar de residencia, sino que también intercambian con otros chicos y chicas
de otras partes del mundo, lo cual enriquece mucho más la experiencia.
En su tiempo libre, pueden realizar otras actividades,
van al gimnasio, se juntan con amigos. Poldi, en particular, toma clases de
boxeo. Las salidas con amigos, fueron una sorpresa para ellos, porque en sus
países no acostumbran a juntarse a esta edad, pero acá sí y además como
cualquier argentino, sabemos que cualquier excusa es buena para juntarnos.
Apolline la primera semana en Tandil, ya estaba en un
cumpleaños de una compañera. Ambos se sorprendieron con esa cercanía que
tuvieron con ellos y de lo cálidos que son sus amigos entre sí. Por supuesto
han adoptado el mate como bebida y se enamoraron de los alfajores. "Todo es tan
rico...las empanadas, el asado, tratamos de probar todas las comidas posibles",
cuenta Apolline.
Pasaron aquí su primera navidad y año nuevo lejos de sus familias
y lo vivieron como una experiencia muy "loca". "Éramos un montón en la casa de
mi familia anfitriona, en verano, todo fue distinto", cuenta el joven alemán
que menciona que, en su ciudad, "somos de familia siete, como mucho, está lleno
de nieve para esas fechas, así que pase de esquiar a meterme a la pileta".
Para la chica de Francia paso algo parecido "¡es verdad!
Allá celebramos todos abrigados y acá estaba de vestido. Además, después
salimos, allá es como un día de familia, pero estuvo bueno".
Si bien falta un tiempito, ya empiezan a hacer balances
de su estadía en nuestro país. "Me siento mucho más madura, si bien tengo una
familia anfitriona hermosa, estoy lejos de mi familia, mi mamá y estoy bien. No
sé...me siento más grande". "Hay una frase de Rotary que dice lo que el
intercambio representa "no es un año en tu vida, sino tu vida en un año" y eso
resume bastante bien lo que es la experiencia. Te vas de tu casa y llegas a un
lugar sin conocer a nadie, ni saber su idioma y de repente haces una vida nueva,
una familia nueva, amigos, aprendes otras culturas y realidades. Es un proceso
con el maduras un montón", dice Poldi.
Dejaron una vida en su país para hacer un nuevo camino en
Argentina y ahora deben regresar, sólo ellos saben lo que es extrañar dos lugares,
tener más de una familia (porque a lo largo de la charla dicen mi familia de
allá y mi familia anfitriona).
Pensar en el regreso a Apo le da ganas de llorar, para
Poldi en cambio, es parte del intercambio y también tiene muchas ganas de ver a
los suyos.
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