5 de mayo de 2025
Hace un tiempo, de manera cada vez más recurrente, podemos evidenciar en nuestra ciudad situaciones violentas, accidentes fatales de tránsito, hechos delictivos y otras situaciones donde niños, adolescentes o jóvenes son los protagonistas.
Al mismo tiempo que la sociedad se fragmenta, entiéndase por
esto la asimetría económica y de oportunidades cada vez más evidente, los
proyectos de vida se vuelven más utópicos. Tandil no es una isla, no existen
lugares ni instituciones que se encuentren fuera de esta realidad o puedan
abstraerse por un momento de este mundo complejo en el cual vivimos.
Hemos escuchado mucho: "Un chico en un club es un chico
menos en la calle" frase conocida, repetida en campañas políticas, pero también
en un café, en la verdulería o en cualquier reunión familiar o de amigos. Hay
consenso sobre esta afirmación. Todos sabemos que si nuestros hijos concurren a
un club a practicar un deporte o si pueden acceder a un taller cultural
(música, danza, pintura, etc.) su calidad de vida será mejor. Su futuro será
mejor.
La crisis económica de los últimos años y el corrimiento del
estado en políticas deportivas, culturales y de prevención de consumo, lleva a
situaciones de alta complejidad desde los social y al avance de la droga en el
territorio. Muchas de las familias vecinas no pueden mandar a sus hijos a
realizar actividades extraescolares por diferentes motivos, muchas veces el
económico es el principal. Sin embargo, no solo lo económico es prohibitivo.
También, e igual de importante, la falta de ofertas en los diferentes barrios
que tienen cierta distancia del centro de la ciudad.
Tandil cuenta con una matrícula escolar aproximada (nivel
inicial, primario, secundario) de 32 mil alumnos/as, en establecimientos
escolares de gestión estatal y privada. El estado garantiza la obligatoriedad
de la educación. Esto no sucede con las prácticas deportivas y culturales. La
Ley del Deporte en Argentina es la Ley Nº 20.655, sancionada en 1974 garantiza
la promoción y desarrollo del deporte en todas sus manifestaciones,
considerando la educación, el recreo y la salud pública como ejes
fundamentales.
La falta de clubes, sociedades de fomento y espacios
recreativos en zonas alejadas del centro de nuestra ciudad, más la acuciante
situación económica de las familias restringen, cada vez más, el acceso a la
práctica deportiva o cultural. En Tandil dos de cada diez chicos participan en
la vida social de un club o una institución. Son pocos, la mayoría está afuera.
Esta problemática se ha consolidado progresivamente. En más de 20 años de
gobierno, las políticas públicas se han enfocado en otras áreas como la salud y
la asistencia social, dejando al deporte y a la cultura circunscriptos a una
agenda de calendario de actividades.
Tandil merece más que esto, el actual gobierno todavía tiene
la oportunidad de revertir esta situación. Es necesario un plan integral que
motive y fomente el deporte y la cultura de nuestros niños y niñas. Que incluya
a aquellos que por diferentes situaciones no pueden. Que articule con las instituciones
de la sociedad civil y fortalezca a aquellas que lo necesiten. Que genere
nuevos espacios de calidad, con infraestructura acorde y dotadas de personal
capacitado y comprometido.
Todos estamos de acuerdo que invertir en deporte y en
cultura no solo mejora las características de la sociedad sino también ahorra
dolores de cabeza a futuro. Tenemos que hacerlo. "Un chico en un club es un
chico menos en la calle". Claro que sí, es menos drogas y más salud, es menos
violencia y más amistad, es más comunidad y menos soledad.
La adolescencia no se caracteriza por la estabilidad, al
contrario, suele ser un periodo de exploración y muchas veces de decisiones que
pueden ser positivas o negativas en torno a lo individual o colectivo. Debemos
cuidar a nuestra juventud, mostrarles el camino. Igualar oportunidades para
construir una sociedad más justa e integrada. Entonces la ecuación es fácil:
más clubes, más deporte, más cultura, es por ahí
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