30 de mayo de 2025

Escándalo judicial con la Jueza Makintach

Escándalo judicial con la Jueza Makintach. Monserrat reflexionó sobre el caso Maradona: "Los jueces no somos iguales a los ciudadanos, tenemos mayores exigencias"

La Dra. Silvia Monserrat, Jueza de Familia N° 1 de Tandil, dialogó con LA VOZ DE TANDIL sobre el reciente "escándalo jurídico" protagonizado por la jueza Julieta Makintach en el juicio relacionado con la muerte de Diego Maradona, abordando las implicaciones de este caso para el sistema judicial argentino y la percepción pública de la justicia.

La Dra. Monserrat calificó el incidente como un "escándalo jurídico" que afecta la imagen de la justicia, "si bien es un caso aislado y yo creo que ni ha habido, ni va a haber un caso igual, la realidad es que, para el común de la sociedad, que tiende a generalizar, se pone en duda cualquier actuación". También citó ejemplos de personas que fueron previamente juzgadas por la jueza implicada en el casi y que ahora, incluso, "ponen en duda que la condena haya sido justa".

Monserrat enfatizó que "los jueces no somos iguales a los ciudadanos, tenemos mayores exigencias". Esto se debe a que poseen un poder único, el "Imperium", que les permite "obligar a otros a cumplir con nuestras decisiones. Este poder es significativo, ya que solo un juez puede privar a alguien de su libertad, dictar un divorcio, o modificar la guarda de un menor".

Ante la consulta sobre cuál pudo haber sido la razón por la que a comete este error, la Monserrat reflexionó sobre la edad y la experiencia de la judicatura, "llegar al poder y llegar al poder en una departamental muy importante como es San Isidro y a un juicio con el impacto mediático que tenía este juicio en donde se estaba enjuiciando a quienes habían atendido o desatendido la salud de Maradona, quizás la hizo perderse de la realidad, la hizo irse de la realidad de cuál era su función. No somos iguales a todos, nosotros, como jueces, tenemos mayores obligaciones porque de alguna forma lo que nosotros vayamos a hacer o no, está muy relacionado como nos comportemos" y remarcó que "No basta con ser, también hay que parecerlo. Si nosotros queremos imponer autoridad, lo primero que tenemos que hacer es demostrar que estamos en condiciones de imponer esa autoridad".

Sobre el manejo de la atención pública y los medios Monserrat reconoció que manejar esto es una de las cosas más difíciles para un juez. Mencionó el cambio de paradigma, pasando de una época en la que "los jueces hablábamos solo por las sentencias" a la necesidad actual de "hablarle a la ciudadanía" en un lenguaje comprensible. Argumentó que la exposición a los medios, si no se tienen "los pies sobre la tierra", puede llevar a perder el contacto con la realidad.

Expresó sorpresa ante la posibilidad de que la jueza creyera que su conducta no se conocería públicamente "imposible que esto no se conociera". Cita el ejemplo del trabajo en medios audiovisuales, destacando la cantidad de personas involucradas, desde el camarógrafo hasta el editor, para argumentar que es la trascendencia pública, en este caso, resultó en el riesgo que efectivamente se materializó. "Cuando esto trasciende, el riesgo es exactamente lo que sucedió. La oralidad en los juicios implica que el juez que asiste a la prueba oral es quien debe juzgar. Al ser separada del tribunal uno de los integrantes, la nulidad del juicio era la única consecuencia posible. En la época del papel, esto podría no haber ocurrido ya que la prueba quedaba registrada".

Si bien la Dra. Monserrat cree que, en este caso específico, donde la verdad se basa en cuestiones técnicas y médicas, "es difícil cambiar el rumbo", la anulación del juicio perjudica "el tiempo" y obliga a "volver a empezar. Además, los abogados defensores ahora tienen conocimiento previo de lo que dirán los testigos. Además del desgaste emocional para la familia de Maradona y para quienes lo amaron".

Sobre el final Monserrat reconoció que "los resortes de la justicia de la provincia de Buenos Aires actuaron de forma muy apropiada y rápida. Hay doble procedimiento, el control disciplinario interno de la Corte y, en casos de gravedad, la intervención del Procurador General para iniciar un proceso de enjuiciamiento (Jury). Destacó que, si bien el control disciplinario suele ser un proceso largo, en días han resuelto y en días han juntado la prueba. La Corte, en este contexto, solo tiene la facultad de otorgar una licencia a la jueza, ya que la suspensión solo puede ser decidida por el jurado de enjuiciamiento", cerró.

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