Deportes. Los ingresos por Depietri y González Metilli, algo que nunca explicaron en Santamarina

La falta de gestión para conducir y generar recursos en los últimos dos años, dejaron en evidencia a los que estuvieron y acompañaron el proyecto que comenzó con Pedro Cappelluti al frente y finalizó con la renuncia de Javier Brazzola, quien ejerció los últimos meses como presidente. En ambos casos, nunca consiguieron ingresos para cubrir los gastos que demandaba la participación en la tercera categoría del fútbol argentino y terminaron usando el dinero que ingresó al club por dos de las últimas grandes apariciones que dio la redonda en nuestra ciudad.

Francisco González Metilli y Valentín Depietri fueron dos jóvenes promesas del fútbol que, tras su paso por Santamarina, lograron dar un salto de calidad muy importante y hoy tienen un presente muy auspicioso en la primera división del fútbol argentino. Además, por sus características y cortas edades, tienen un interesante futuro por delante con posibilidades de ventas a mejores clubes o al exterior.

Los mencionados deportistas fueron un activo muy importante que heredaron Pedro Cappelluti y Javier Brazzola, los últimos dos presidentes que tuvo la entidad aurinegra, ya que por los derechos económicos tarde o temprano llegaría una importante inyección económica a las alicaídas cuentas. Esto se daría tarde o temprano y así fue, aunque nunca se rindieron cuentas ni mucho menos se dieron explicaciones hacía donde fueron a parar esos dólares que llegaron por los ex futbolistas de Independiente y la Unicen.

Durante el año pasado, Santamarina cobró una importante cifra por González Metilli. Sin embargo, cultos del hermetismo que algunos impulsaban desde las sombras, la dirigencia jamás rindió cuentas ni les comunicó a los socios sobre el ingresó que percibió el club y que luego se lo utilizó en poder costear la campaña que tuvo al equipo de Duilio Botella como protagonista y muy cerca del ascenso.

La historia se repitió en el invierno de este año pero con la venta del 10% de Valentín Depietri, en una irrisoria cifra de 50.000 dólares y en cuatro cómodas cuotas. Claramente, ante la angustiante situación financiera y la lluvia de deudas, el por entonces presidente Javier Brazzola decidió vender las joyas de la abuela y prácticamente regalar ese porcentaje que les quedaba del atacante que entre Talleres y Fortaleza de Brasil tiene 150 partidos en primera división y alrededor de quince goles.

Lógicamente nunca dieron detalles de estas dos operaciones y, ante las consultas periodísticas, el propio Brazzola optó por no hablar de números que daría en la Asamblea de la cual es poco probable que participe y rinda explicaciones el próximo jueves 18 de diciembre en el Predio Centenario.

Los socios se preparan para lo que será el encuentro de la semana entrante, en donde buscarán respuestas a muchas preguntas y también saber cómo se afrontarán las millonarias deudas que dejó la conducción anterior. Por lo pronto, dos de los principales activos que tenía el club, por la poca gestión de quienes condujeron al club fueron a parar a una campaña deportiva en lugar de hacer obras que le den mayores beneficios a jugadores, socios e integrantes de la familia aurinegra.